lunes, 23 de junio de 2008

LA LEY DEL MÁS FUERTE

Lima, 22 Junio 2008.- La masiva protesta de la sureña región de Moquegua y la imposibilidad de controlarla con el tradicional recurso de la represión policial trajo consecuencias, tanto políticas como sociales, de las que como de costumbre este gobierno quiso deslindar rápidamente y fiel a la costumbre de nuestros gobernantes “romper la pita por el lado más débil”; ya que aquí se impone la ley del más fuerte, de aquellos que ostentan el poder entre sus manos.

Como todos sabemos, la protesta se debió a la demanda de una mayor participación regional en el llamado canon minero o parte de los tributos de la transnacional cuprífera Southern destinado a las regiones de Moquegua y Tacna.

Los moqueguanos entraron en huelga general y bloquearon las carreteras, aislando y desabasteciendo a Tacna, ante lo cual el gobierno exigió el cese de la medida para dialogar sobre el conflicto, sin haber buscado, obviamente, una solución previa.

El jefe de la policía de Moquegua, general Alberto Jordán, recibió la orden gubernamental de desbloquear un puente clave, pero cuando intentaba cumplir la orden, el oficial y unos 70 agentes fueron cercados por una multitud que encerró a los uniformados en una Iglesia y ante la cual el jefe lamentó lo ocurrido.

Pese a las exigencias del gobierno de dejar libres a los agentes, estos rechazaron tal pedido y sólo la mediación de la Defensoría del Pueblo pudo alcanzarlo, tras lo cual Jordán fue destituido.

Dos cosas de todo ello. Primero el enorme poder que tiene el sur del país se pone nuevamente de manifiesto. Ya que al igual que sucedió con el gobierno de Alejandro Toledo en el asunto de Arequipa (criticado por los apristas, en su momento por su falta de pasividad al afrontar la situación); hoy aquellos críticos del pasado, ya en el gobierno tuvieron un problema parecido pero igual de torpe al afrontar tal hecho con ineficiencia por parte de su inefable ministro del Interior y dejando traslucir una falta de previsión y buen manejo militar ante tales hechos liderados por un ministro al que le queda muy grande el cargo y que han dejado mal parado al gobierno.

En segundo lugar, es indudable que Alva Castro hace rato debe dejar el cargo. Por más que saque a relucir su labor en los hechos ocurridos en el mercado de Santa Anita. Los errores pesan más que todo y el señor Alva Castro no está para ser ministro de tan importante cartera. ¿Observen como en cada conferencia o en cada pregunta “incómoda” siempre va a susurrar algo al oído del militar que lo acompaña? No tiene temple, tacto ni intelecto para estar liderando una cartera clave, por más que Alan García lo siga respaldando.

Gracias a ello y en su afán de defender a su amigo de partido, el presidente García se permite maltratar a un policía de manera nefasta y vergonzosa. Viendo esas imágenes comprendo muchas veces a los pobres policías imposibilitados de decir ni “pío” ante el superior de turno. Es injusto que se haya maltratado la figura de un general de la PNP que cumplió órdenes y acudió con un pelotón desarmado e insuficiente de policías a restaurar una orden difícil de lograr. ¿Qué esperaba García? Que agradezca que ello no terminara en masacre.

Que gustó me dio cuando Jordán le replicará a su “majestad presidencial” que ante la falta de medios y otras limitaciones para romper el bloqueo por la fuerza, apeló al diálogo mediante la Iglesia Católica lugareña, en aras de una solución pacífica.

Cuando había iniciado pláticas con los dirigentes oficiales, asegura el general, un oficial antidisturbios enviado desde Lima atacó a los manifestantes con gases lacrimógenos por una orden que eventualmente llega desde la capital, lo que exacerbó más los ánimos.

Pero no solo eso, el oficial destituido también dijo que el presidente García está mal informado y se preguntó en qué situación estarían el gobierno y el jefe de Estado si él hubiera apelado a la violencia con un saldo de decenas de muertos.

Jordán sabía que su suerte estaba echada y solo le quedaba apelar a "la diplomacia hipócrita" para decirle a García tres verdades claras y directas.

Estos hechos hacen que uno se pregunte ¿Qué pasa con los servicios de inteligencia y la estrategia que debe existir para controlar tales hechos? En lugar de tratar de limpiar a su ministro favorito y ensuciar a un eficiente miembro policial, García debe gritar y poner orden allí donde verdaderamente se necesita levantar la voz y demostrar que él es el jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.

Como bien lo resume el comentarista Alberto Adrianzén quien apuntó que la protesta de Moquegua no fue sólo un desborde, sino la evidencia de la falta de un Estado capaz de enfrentar y prever los problemas sociales, y de la falta de representatividad de los partidos tradicionales, ajenos a las demandas sociales.

Nosotros, no esperamos nada de las dichosas investigaciones, porque la historia nos indica que estas son letras muertas. Pero sí debemos protestar por el hecho de tomar como chivo expiatorio al general Alberto Jordán, maltratado por un presidente que con este tipo de actitudes echa por la borda algunos logros en su gestión. Porque García muestras esas dos caras que ya muchos conocen y que tal vez el pueblo también lo percibe, no por algo comienza a descender en las encuestas producto de las alzas desmedidas, los malos manejos en hechos de este tipo y la política del compadrazgo con varios miembros de su partido que no aportan sino malogran una gestión que no debe ser manchada con ese tipo de exabruptos de las que ya nos tiene acostumbrado nuestro mandatario, cuando se cree un ser supremo al que nadie puede criticar ni cuestionar.

El gobierno debe reparar en la serie de conflictos que existen en nuestro país y que ya han sido percibidos por la Defensoría del Pueblo cuya entidad ha denunciado que existen más de 60 conflictos sociales relacionados con temas medioambientales o con la distribución de recursos naturales, como el agua, o económicos como el canon.

El desafío es grande. El gobierno y principalmente García debe dejarse de soberbias y pensar que las regiones reclaman lo que les corresponde. El gobierno es el que finalmente determina la forma de asignar el canon. Esperemos que el gobierno preste atención a los conflictos cuando estas recién se gestan y no cuando ya están estallando. Porque el pedir que García destituya a Alva Castro es como pedir que la FIFA destituya a Burga. ¿Oigan, se parecen en algo, no?


lunes, 16 de junio de 2008

NO BASTA CON LA ENTREGA

Lima, 14 Junio 2008.- Perú ha empatado 1-1 ante Colombia y queda a un paso de la eliminación. Claro está muchos piensan que esto ya ha sucedido hace una buen rato, pero para los que ven los números y las cifras todavía no ha ocurrido ello, pero también es cierto que "dicho en buen cristiano": Uruguay este martes nos puede empujar al precipicio final.

Estamos pensando en lo que escribiremos horas depués para la web cuando vemos aquí en el Monumental al público asistente despedir entre aplausos a esta selección que mostró entrega y ganas de no perder; pero que, como siempre, los resultados son adversos a nuestros intereses.

Sin duda nuestro pueblo es noble y se aferra a las cifras, quiere creer en su selección y mantiene la esperanza que en el Centenario será diferente. Puede que sí, puede que no, pero la realidad es otra.

Y mientras los últimos reflectores se van apagando en el estadio, coversamos con muchos personajes vinculados al deportes y todos en su mayoría nos dicen claramente que con Perú, la cosa está cantada, hay que ir pensando en las próximas eliminatorias.

Pero lo triste de todo esto, es que, a diferencia de otras eliminatorias, esta vez seremos eliminados muy rapidamente y cada cuatro años las cosas son peores y se complican cada vez más. Somos el hazmereir en el fútbol, muchos vecinos ya nos ven por encima del hombro y hasta se permiten, como es el caso de los uruguayos, sentirse ganadores en estas fechas eliminatorias, todo porque "Venezuela y Perú son los más débiles del grupo " (como hemos disfrutado ese empate de los venezolanos que practicamente les han tapado la boca a los charrúas).

Pero mientras el fútbol de los llaneros está en alza, el nuestro desciende estrepitosamente y muy pronto hasta le pasemos a Bolivia del triste último lugar de la tabla.

Es el resultado de la improvisación, la terquedad y la ineficiencia de esta dirigencia enquistada en el poder y a la que nadie puede sacar porque la FIFA los protege impunemente.

Hoy Perú dejó todo en la cancha, mostró ganas de no perder, pero ello no basta. Ya que a este equipo le falta un mejor conductor técnico y una buena y ferrea disciplina que debe respetar, pero nada se puede hacer cuando la dirigencia se muestra incapaz en contratar un técnico más competente en el cargo, sea complaciente y solape, en cierta forma, la indisciplina.

Dicen que el fútbol se obtiene buenos dividendos, pero ello no repercute en mejorar esta disciplina ya que no se contrata técnicos competentes del extranjero. Lamentablemente se toma buenos técnicos peruanos, pero triunfadores en el campeonato local, un torneo poco competitivo y años luz de diferencia con otros torneos en el mundo.

Hemos llegado a ser séptimo en el mundo (en México 70) y octavos (en Argentina 78) y ahora pasamos al borde del último puesto compitiendo nada menos que con Bolivia.

En verdad, esto es para sufir. Porque los miles de hinchas quieren que su fútbol renazca, pero a pesar del esfuerzo de muchos jugadores, ello no es suficiente, porque la verdadera dirigencia, culpable de esta debacle, no da la cara y menos da un paso al costado. Prefiere que nuestro fútbol se hunda.

Ahora muchos hasta pediran que Farfán, Acasiete o Pizarro vuelvan a vestirse de corto. Que gran premio para estos que se largan a gozar de su plata y poco les importa los colores de nuestro país. Ahora seguramente se hablara de anmistía para salvar este cadaver.

Pero con improvisaciones no podemos estar. Burga y compañía esperan un milagro con esta selección que le permita cambiar su negativa imagen. Pero ya nada es posible, la debacle está cada vez más cerca.

Por eso sería bueno observar como el gobierno puede solucionar este problema con el fútbol, toda vez que la FIFA no permite injerencia politica en los paises que practican este deporte y son agremiados en dicha institución.

El más popular de los deportes en nuestro país urge de una emergencia total. Ya son varias las eliminatorias que decaemos peligrosamente. Hoy nadie nos tiene respeto.

Pero el pueblo sabe perdonar y olvidar, Hoy quedó demostrado que los jugadores quieren cambiar este negativo saldo que deja cada seleccion de fútbol, pero mientras los dirigentes sean los mismos de otros años, "el milagro" nunca ocurrirá.

La cosa quedó lista para que Perú tempranamente le diga adios a estas eliminatorias. Mientras Manuel Burga siga en el poder la situación será insostenible, pues no basta con entrega y coraje, falta un buen manejo dirigencial.

Haría bien Burga en ir pensando en las próximas eliminatorias, trabajar con las divisiones menores y, sobretodo, con nuevas figuras del deportes.

A la larga, el empate ante Colombia nos abre la posibilidad de tratar de solucionar estos problemas y trabajar con un técnico a largo plazo. El fúbol es la pasión de multitudes y en verdad solo con trabajo constante podremos hablar de cambios en el rumbo de esta gestión, a todas luces, la gran culpable de esta debacle.

domingo, 8 de junio de 2008

LA DIFERENCIA ENTRE UN GANADOR Y UNOS PERDEDORES

Lima, 08 Junio 2008.- Venía escribiendo esta nota cuando escuchó a varios hinchas mostrar su desazón ante la estrepitosa goleada propinada a la selección por parte de México. Una goleada (4-0), a la que estamos acostumbrados gracias a la desidia de nuestros dirigentes y a la poca voluntad de nuestros jugadores, en su mayoría más preocupados en el trasero de las vedettes y modelitos del montón que en sacar adelante los colores de su patria.

Y en verdad, actualmente son pocos los deportistas que se rajan por el Perú. Este país que rara vez, muy de vez en cuando diríamos, tiene logros importantes de sus deportistas.

Y el sábado pasado fue un día de alegría para todos los peruanos, porque Luís Horna triunfó en dobles en el Roland Garros. Algo impensado por muchos.

Efectivamente, tanto Luis Horna como el uruguayo Pablo Cuevas se adjudicaron el título en el certamen masculino de dobles en el Abierto de Francia, con una victoria en sets corridos frente al canadiense Daniel Nestor y al serbio Nenad Zimonjic en la final.

De esta manera, ambos, se convirtieron en la primera dupla de sudamericanos que gana un título del Grand Slam desde que el tenis se transformó en un deporte profesional, en 1968. Horna y Cuevas nunca antes habían actuado juntos.

Una hazaña muy meritoria y muy oportuna además, porque Horna en cierta forma se cobra una satisfacción y una revancha.

Satisfacción porque sabe que ha conseguido una meta y llega a su momento de gloria gracias al apoyo de unos cuantos que creyeron en él, por eso ríe y derrama algunas lágrimas de la emoción, porque para los verdaderos deportistas son esos momentos en los que aflora el amor a la patria y a los suyos. Triunfos con derroche y esfuerzo que rinden sus frutos.

Y a la vez constituye una revancha para demostrarles a algunos que le sobra esfuerzo y capacidad para cosas mayores y sobretodo, para decirles a aquellos que tuvo razón en retirarse de las eliminatorias de la Copa Davis por una lesión en el antebrazo derecho.

Ahora ¿Que dirán esos que criticaron esa actitud? Increíble resultó como alguien le enrostró si es que no había fingido lesión para no tener que enfrentarse a los españoles. ¿Que dirán ahora?

Seguramente el presidente García lo invitará a Palacio y le dará alguna condecoración. Está bien todo ello. Pero Horna sabe que es un triunfo oportuno y satisfactorio.

Es que venía lleno de derrotas y criticas. Pero el esfuerzo y el empeño tienen su logro. Y vaya que Horna merece más que una medalla o un trofeo. Merece de pie el aplauso del pueblo peruano porque nos demuestra que todavía existen grandes deportistas que se anteponen a las dificultades y a los atropellos de aquellos que dicen mucho, pero nada hacen por apoyar a estos grandes que se hacen solos. Tienen solo a la familia a su lado y a sus maestros de siempre que le dicen al oído que todavía se puede, que la meta está cerca.

Hoy Luís Horna logra un triunfo que engrandece al tenis peruano porque logra una hazaña nuca antes vista ya que ni siquiera podría compararse con los logros del gran Alejandro Olmedo porque éste jugó como tenista norteamericano.

Hoy que se anuncia unos merecidos Laureles Deportivos, Horna comprende que todavía falta mucho para el retiro y con la bandera peruana presente sabe que puede emprender un nuevo camino hacia los triunfos y las alegrías.

Pensar que 24 horas después de esta hazaña, como siempre, todo el país se volcaba a los televisores para ver como goleaban a esa enclenque selección peruana, cuyos jugadores no se pueden comparar con este GRANDE con mayúsculas.

Hay un dicho que siempre lo tengo presente, quien nació en la opulencia o siquiera con "un pan bajo el brazo" jamás le hará mella unos dólares más o un caserón urbanístico. Sencillamente porque durante su infancia siquiera tuvieron la comodidad necesaria gracias al esfuerzo de sus padres quienes le permitieron ver con mayor claridad cual es la barrera que no se debe traspazar cuando el poder del dinero te invade y que te permite, ya como adulto, ver con mayor madurez y claridad.

¿Porque ello? Simplemente porque mientras Horna se entrega con coraje y logra triunfos impensados como aquella vez que con garra y dejando el último sudor en la cancha jugó el partido enfermo, y lo termino ganando; varios jugadores de fútbol piensan que porque tienen dinero y cierta fama ya lo han logrado todo y se entregan a sus caballitos, al trasero de la esquina, en tomar cerveza en las calles o en lucir sus autos de moda. Mientras otros como aquel "holandés" afirma risueñamente no tener ningún problema con la sanción que tiene, porque así pasa más tiempo con su familia (¿?). Esa es la mediocridad que campea en nuestro fútbol plagado de personas que de pronto lo tienen todo y creen que es lo máximo a lo que pueden aspirar cuando no han ido ni irán jamás a un mundial. Pero, ¿que se puede esperar de esos que en la fama desconocen a sus seres queridos?

Esa es la diferencia entre un ganador y unos perdedores. Muchos sabemos que no podemos esperar mucho este fin de semana cuando enfrentemos a Colombia por las eliminatorias; pero nos queda el consuelo que todavía hay hombres con los pantalones bien puestos que vencen a la adversidad y lo que es mejor no le dan la espalda a su país y por él se entregan con pasión y esfuerzo. ¡Viva el Perú y Viva Horna!, carajo.



lunes, 2 de junio de 2008

EL EGO PRESIDENCIAL

Lima, 02 Junio 2008.- Alan García siempre ha sido así. Altanero, orgulloso, posero, displicente y diplomático hasta donde puede. Sabe con quien trata y hasta donde puede dar. En parte, esos “detalles” lo han encumbrado, en cierta medida a la posición que hoy ostenta. Muchos hasta le tiemblan en el partido y hacen “a pie juntilla” lo que el jefe les ordena.

Ahora su ego está súper inflado. La Cumbre fue un éxito y las encuestas por lo menos lo mantienen. Que ha descendido, bueno puntos más, puntos menos, vale decir todo político siempre tiene esa tendencia, más que nada no es un descenso aparatoso y a la larga siente que su gestión anda por buen camino.

Pero eso para muchos, es un mal indicador. Es que piensan en el García de los ochenta y por los antecedentes que se vienen dando. Pues hay que darle la razón a esos incrédulos.

De un tiempo a esta parte, Alan García parece mostrarse complacido con su gestión, cree que ya arregló los problemas vitales del Perú y orgulloso muestra “esperanzadoras” cifras macroeconómicas que le indican que “hay menos pobres en el Perú”.

García insiste en su terquedad, ataca y no hace caso ni a los economistas ni mucho menos oye lo que la calle percibe. Es que no basta gritar a los cuatro vientos que ya no hay más pobres y que vamos por buen camino. Caray, si el señor García piensa eso, que espere hasta el último día de su mandato y nos ofrezca un balance de su gestión porque mientras el dé su discurso, los peruanos evaluaremos en las calles si el señor García dice la verdad o nos presenta leyendas fantasiosas como en los noventa cuando se atrevió a dar un discurso magnificando su desastrosa gestión.

Con esto no queremos decir que su gestión actual sea como la anterior, pero hay actitudes que a nada bueno conducen y eso como todo buen estratega García debe meditar y dejarse de vociferar cosas tan fuera de lugar como su pretendida propuesta de organizar las Olimpiadas (¿?). El mandatario es ante todo un político y, sobretodo, buen analista, sabe perfectamente que eso es un casi salto al vacío. De donde sacará todo el billete que se necesita para organizar un evento de esa naturaleza, no sabe la cantidad de personas que asisten, los coliseos que tiene que tener cada ciudad, las villas olímpicas que se tienen que construir para miles de deportistas que vienen de todo el mundo, o tiene una transnacional poderosa que lo respalde. Porque si lo tiene mejor que pague la deuda externa que es más importante que todo.

Pero ello, tiene una historia porque una tarde, como quien no quiere la cosa, llegó a todos los medios la nota de prensa respectiva: “El gobierno anuncia que organizará los Juegos Olímpicos…”, mostramos nuestra extrañesa y pensábamos para nuestros adentros. "que raro que la nota no diga que son declaraciones de Alan García y solo se mande con que el gobierno lo organizará".

Tiempo después, ante los corregidos de la prensa, enmendó la plana y el propio mandatario anunció que su gobierno organizará la siguiente olimpiada. Nos preguntamos ¿Porque nadie le enmendó la plana?

Ninguno le pudo corregir. Con decirle: “Señor Presidente, las Olimpiadas no la organizan los países, sino las ciudades”, con eso bastaba para que un hombre de su experiencia se diera cuenta el ridículo que hacía. ¿Tanto le temen?

No sabe García lo paupérrimo que luce nuestro deporte. Allí están las chicas del voley que tienen que costearse su pasaje para acudir a entrenar, el box casi ni existe mientras los demás deportes dan pena. Claro, solo el fútbol se salva por los millones que maneja, pero eso es otra historia.

Por ello, muchos temen que el García de los ochenta vuelva hacer su aparición, ya que muchos se preguntan ¿Por qué tanto entusiasmo presidencial por el deporte? ¿No será que Alan quiere un “caballito de batalla” para seguir metiéndole sueños a la población?

Pero, eso no es lo peor, ahora resulta que ningún periodista le puede hacer preguntas incomodas a su “majestad presidencial” porque el cuadre y la respuesta amenazante están a la orden del día.

La economía está mejorando, el Perú luce otro rostro, eso es indudable. Su mérito tendrá García, pero que recuerde que eso es producto de buen manejo económico y también tienen su merito anteriores gestiones. Así que toda la felicitación no es para esta gestión aprista. El mérito es compartido y que seguramente la historia se encargara de nombrarlos.

Pero, esto no quiere decir que los pobres desaparecieron o que hay trabajo a la vuelta de la esquina. Oiga, los precios han subido, la mayoría se recursea porque trabajo no hay, salvo que seas un vendedor y por comisión ganes. El hecho de hacer salir a supervisores a la calle a observar que se les otorgue un seguro a los empleados, no quiere decir que el asunto esté arreglado.

Se va por buen camino, pero no por ello estamos en el mejor de los mundos. El señor Alan García será jefe de su partido y estos será meros títeres que no le contradicen en sus exabruptos, pero para ello está la prensa, para enmendar la plana y también el pueblo para decirle que vaya a los mercados, que se ponga a buscar trabajo un día lunes y que observe que con 500 soles no se puede vivir.

Cuidado con el ego presidencial porque a nada bueno nos conduce. Los peruanos ya sabemos en el pasado lo que García hizo en su gestión. Por ello es de esperar que enmiende la plana y que se deje de “fantasías palaciegas” que a nada bueno conducen. Que siga el país por ese camino, pero sin triunfalismos ni poses que perjudican y no unen. Compréndalo señor García.