lunes, 2 de noviembre de 2009

ERRADIQUEMOS LAS BARRAS BRAVAS


Lima, 02 Noviembre 2009.- La muerte de María Paola Alvarado Ortiz ha conmovido a la opinión pública. La joven de 25 años de edad, contadora de profesión, murió tras ser arrojada de un vehículo público en marcha, presuntamente por un grupo de barristas del equipo de fútbol Universitario de Deportes, el sábado pasado.

La joven falleció a causa de un grave traumatismo encéfalo craneano, que perjudicó la cara, cuero cabelludo y principalmente el cráneo.

Según la investigación policial, la contadora salió de su domicilio de la calle Durero, en San Borja, el sábado a las 16:30 horas para encontrarse con unas amigas en el distrito de La Molina.

En un paradero cercano a su casa, la joven subió a una coaster, al cual posteriormente subió un grupo de hinchas, quienes se dirigían al estadio Monumental.

La principal hipótesis policial es que la joven, al ver que el vehículo se llenó de barristas, le pidió al chofer que se detuviera para bajar.

Ante la insistencia, el conductor paró, pero uno de los barristas la habría empujado intencionalmente cuando ella iba a descender y le hizo perder el equilibrio. Producto de ello, la víctima cayó al suelo y se golpeó la cabeza contra el pavimento.

Pese que yacía ensangrentada e inconsciente, Vargas no fue auxiliada por el chofer ni por los hinchas, quienes huyeron del lugar. No sin antes, despojarle de todas sus pertenencias entre ellas una Ipod y el dinero que traía en su bolsillo.

El hecho no es más que una "raya más al tigre", por cuanto por muchos años esta pandilla de delincuentes y malhechores bajo la fachada de "hinchas de corazón" han asaltado, golpeado y hasta matado a cuanta persona se le ponía en el camino.

Es por ello, que hace bien la ciudadanía en hacer causa común alrededor de la familia de Alvarado Ortiz porque no es posible que esta gente haga lo que quiera ante la vista y paciencia de las autoridades que a la fecha jamás hicieron nada para detenerlos.

Ha tenido que suceder esta desgracia para ahora sí remover estos hechos y dar a conocer algo que todos conocíamos, que esta gente está amparada por varios dirigentes deportivos que "los engríen y los miman" con entradas y regalitos para cuidarles las espaldas y hacer de las suyas ante los simpatizantes del cuadro contrario.

¿Qué esperan las autoridades para no cuadrar a las dirigencias deportivas de todos los clubes? Ya se sabe el nombre del presunto asesino. Ahora el tal, Ronny Ramos, ‘Bolón’, parece tener las horas contadas.

Pero ¿eso es suficiente? Por supuesto que no. Lo que se debe hacer es erradicar definitivamente todo tipo de barras deportivas, empadronarlos y hacer un seguimiento a todos ellos. Porque hoy fue Paola, pero mañana ¿Quién seguirá?.

Que lo digan los vendedores ambulantes, personas humildes que venden sus productos para subsistir y que esos malditos humillan, vejan y asaltan. Que lo digan los vecinos de los barrios contiguos a los principales estadios de fútbol que tienen la maldita "mala suerte" de vivir cerca a esos lugares y soportar vidrios rotos, pandillaje y violencia. Ellos no pueden ni salir cuando se programa un partido para no toparse con estos miserables.

Ahora se ha conocido que los dirigentes de las barras del club crema, al conocer los detalles de los hechos, no solo repudiaron su acción criminal, sino que decidieron separar a ‘Bolón’ y a su grupo “El Aguante” de Surco de manera definitiva.

Si nuestras autoridades creen que con la captura de ‘Bolón’, el caso está cerrado se equivocan porque esos delincuentes drogadictos y asaltantes no tienen escrúpulos cuando se trata de asistir a un partido de fútbol. Por eso, el fin de las barras bravas debe ser la consigna de nuestras autoridades.

Si Alan García quiere apoyo popular para su plataforma electorera que se acuerde que erradicando a estos delincuentes, la ciudadanía se lo agradecerá. El fútbol mueve millones y más de un dirigente, esos que ahora no abren la boca para nada, esperan que el tiempo borre todo.

Usted señor García debe ser el primero en solicitar mayor celeridad en este asunto y la depuración total de estos miserables que bajo el tutelaje del fútbol hacen lo que les da la gana en las calles. Eso debe terminar.