lunes, 14 de julio de 2008

DESPUÉS DEL PARO ¿QUÉ?

Lima, 14 Julio 2008.- Varias cosas quedan luego del paro convocado por la CGTP. Primero, debilitado o poderoso, popular o mínimo, es decir, los conceptos que le quieran ustedes dar a este grupo de sindicalistas, lo que quieran decirle, pero lo cierto es que siempre pone nervioso al gobierno de turno.

Es que ni el partido aprista se salvó de “tal nerviosismo” cosa impensable para aquellos que muchas veces a lo largo de su existencia partidaria han ido “de la manito” de Gorriti, Risco, Huamán y tantos otros sindicalistas del presente o del pasado.

Claro está, ahora lo niegan o simplemente parecer olvidar antiguas jornadas. Pero lo que si suscita interés es observar como García y sus huestes dieron demasiada importancia a un gremio que nunca cambiara y siempre aprovechará la coyuntura para hacer de las suyas y “traer agua para su molino”.

Segundo, esa postura frente al paro los llevó a cometer tremendas patinadas como el sacar un spot teniendo como protagonista al inefable Vladimiro Montesinos. Más de un aprista habrá extrañado a Hugo Otero, ducho en estos menesteres, y que hubiera presentado una mejor propuesta publicitaria que dicho spot que le seguirá causando malestar a este gobierno por las implicancias que ha generado y de las que tampoco se salvará el PNUD, a estas alturas considerado “la salvación de los gobernantes de turno”.

Porque si bien esta convocatoria sindical fue más un pulseo netamente político de la dirigencia de la CGTP a no dudar que si bien, Lima sabe perfectamente que estos grupos representan a una minoría de los trabajadores que buscan posición dentro de las huestes opositoras. No es el caso, de las provincias donde la situación se veía venir y demuestra que el gobierno necesariamente tiene que buscar adeptos en las zonas donde no llegan ni siquiera las migajas que acostumbra el gobierno repartir para que don Alan y sus ministros salgan en la fotito respectiva.

Y lo decimos con todas sus letras, Migajas, porque el gobierno debe reparar que la situación económica no está como lo pintan. Los precios están por las nubes. Los pasajes ni que decirlo y la canasta familiar es mínima ya que los sueldos y la falta de trabajo es tan caótico, tanto o igual que en anteriores regimenes. Sencillamente a pesar que los elogios del FMI y de los paisanos de mister Bush sean positivos. Ello no se ve en nuestra billetera, porque el dinero es insuficiente y las colas para buscar trabajo se multiplican cada lunes cuando los jóvenes y adultos buscan siquiera “una chambita” (trabajo) con que ganar más.

Y así con todo, Lima puede subsistir y es (seamos hidalgo en reconocerlo) más “complaciente” con nuestros gobernantes, no así el provinciano, hombre recio y en su mayoría hombre de campo que siente que la situación no es como lo pintan y por ello protesta porque el gobierno no da visos siquiera de que ello cambie. ¿ustedes creen, por ejemplo, que en Arequipa hubieran permitido ver desfilar el corso de los chilenos de Wong? ¡Por favor! ya los hubieran pifeado y nadie siquiera hubiera ido a mirar, siquiera, unos segundos algo producido por unos chilenos que seguramente siguen organizando algo de muy mala gana y solo para complacer a "la plebe".

Esa es la diferencia entre el limeño y el provinciano. Quien escribe esta nota no comulga con doctrinas humalistas ni mucho menos comunistas, pero "al pan, pan y al vino, vino". Si algo nos debe quedar es amar a nuestro suelo tal como lo hacen los mexicanos, por ejemplo. Pero que se le va hacer, los limeños somos así y por eso después no andamos quejando.

Esa es la diferencia, por ello el provinciano protesta cuando observa la desigualdad y de eso se aprovechan los sindicalistas que hacen de las suyas y provocan caos y vandalismo, a todas luces muy censurado y repudiado, esa es la causa por la que han sucedido los sucesos violentos que se dieron, sobre todo en Madre de Dios y Huancavelica, donde hay un cúmulo de demandas insatisfechas de poblaciones alejadas en asuntos puntuales, como la "ley de la selva", la ley de utilidades mineras y las normas sobre propiedad y venta de tierras comunales, entre otros temas.

Este Gobierno tiene que escuchar el mensaje, no basta con denunciar infiltraciones o desestabilizaciones, que sí los hay, porque, a la larga, son parte del juego político, pero no por ello García debe desoír lo que el pueblo real le indica. Que el gobierno camina, logra estabilizar la economía, pero la plata no alcanza para la olla popular. Así de simple. Porque a pesar de los notables índices de crecimiento macroeconómico, aún existen grandes sectores que no perciben esta bonanza o que, por falta de comunicación, no entienden o no saben cómo pueden integrarse a esta aparente “bonanza” económica.

Los estabilizadores siempre existieron y existirán. Nadie desea comunismo ni estatismo, felizmente hasta el momento son minoritarios, pero este gobierno debe reparar que la mejor manera de que sigan disminuidos es girar su política económica y voltear a nuestras zonas pobres. La mayoría de peruanos queremos a nuestra economía estable, pero no para un grupo sino para las mayorías y los desestabilizadores, por supuesto que deben ser desenmascarados, denunciados y sancionados con los instrumentos que provee el Estado de derecho.

En nuestra democracia deben subsistir los Huamán, Humala, y tantos otros que con sus paros y protestas han posibilitado que se les diga a los gobiernos que la situación no es como lo pintan.

Por eso aplaudimos el debate que tuvo Jorge del Castillo con Mario Huamán, porque eso de la majestad y pleitesía de no querer conversar con la oposición a ultranza porque es “bajar de categoría”, no es bueno. Así representen a unos cuantos, los sindicalistas deben ser oídos porque en democracia debemos escucharlos aunque no tengan la razón y sean simples radicales sin brújula y norte.

Y así como se dialogó con la CGTP también el Ejecutivo tiene que tender puentes permanentes de diálogo y de consenso con los gobiernos regionales y locales, y estos deben asumir la gran parte que les corresponde en la nueva conformación política del país.

Que este paro sea la voz de alerta para que García entienda que no todo es aparente bonanza económica, ni mucho menos regalos y bolsa de alimentos, solo para unos días, y luego ¿como se come si no hay dinero? Por eso deben tener presente que todo ciudadano tiene "todo el derecho a protestar" y a este gobierno le compete la obligación de enmendar sino, le espera al gobierno de Alan García, años muy difíciles. (Foto: Infobae).

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