Lima, 02 Agosto 2010, (El Informante Perú).- El presidente Alan García, cumplió cuatro años en el gobierno (2006-2011), exhibiendo como logro de su gestión haber reducido la pobreza, pero enfrentando demandas sociales para desterrar el narcotráfico y la criminalidad, crecientes en algunos puntos del país.
García, de 61 años, destaca siempre que la reducción del índice de pobreza durante su gestión -que pasó de 36.2% en el 2008 a 34.8% el 2009, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)-, es uno de los "logros" de su gobierno.
El mandatario también destaca el haber mantenido el crecimiento económico del país, 1,12% en el 2009 y una proyección oficial para este año cercana al 2,5%.
Claro, es fácil decirlo, si se tiene en cuenta, que el Perú luego de su desastroso primer gobierno, enmendó el rumbo y se encaminó hacia una política fiscal prudente y férrea. De ello, aunque la mayoría de nuestros analistas no lo quieran admitir, por cuestiones políticas electoreras, tienen mucho que ver, Alberto Fujimori, Valentín Paniagua y Alejandro Toledo.
En el Perú somos mezquinos y más allá de la corruptela que imperó en los gobiernos de Fujimori y Toledo, por lo menos la economía nacional fue bien manejada.
Gracias a ello, García y sus aliados pueden “tirarse flores” y hasta decir, muy alegremente, que "son el mejor gobierno de los últimos 20 años", como lo vociferó alegremente Mauricio Mulder.
El problema con García es que al igual que sus antecesores la corruptela que impera en su gobierno es más que notorio y al igual que sus "colegas" también le quiere "echar tierra" y enterrar ese lodo que hasta, muchas veces, lo ha salpicado.
Si el gobierno quiere ser recordado como tal, debería centrarse en este último año que le queda en combatir la corrupción y solucionar la falta de seguridad ciudadana.
El presidente García ha podido enterrar el pasado desastroso de su primer gobierno, pero de ninguna manera podemos decir que su gobierno es "maravilloso". Nosotros no queremos que García Pérez nos haga un recuento de sus obras en el último año, si no que nos hable de planes concretos para luchar contra los corruptos y dar solución al tema de la inseguridad creciente en un país donde ya no se puede caminar tranquilamente.
García cree que el reconstruir colegios, mantener el crecimiento económico del país, ya está todo cumplido. Qué se acuerde de la pobreza que existe en el sur donde muchos niños mueren de hambre y de frío. Qué se acuerde que aún existe una población sin acceso a un trabajo seguro. Y así, son muchas cosas por las que García Pérez no debería sentirse contento.
Ni que decir de la corrupción que hoy más que nunca está enraizado en su gobierno. Sería largo enumerar la cantidad de personajes de su entorno envueltos en denuncias que caerán en "saco roto" gracias a que otro poder del Estado también está salpicada por la mugre y el lodo de la corruptela como es el Poder Judicial.
Debemos recordar que, según, el informe de Percepción de la Corrupción 2009, publicado por Transparencia Internacional, Perú se ubica en el puesto 75 de un total de 180 países, con un puntaje de 3,7, por debajo de la media aceptable que es 5. Eso debemos tenerlo siempre presente los peruanos ahora que vemos a García más "todopoderoso" que nunca.
El narcotráfico es otro problema para este gobierno y es que el Perú es, después de Colombia, el segundo productor mundial de hoja de coca, materia prima para la elaboración de cocaína.
Los sembríos de hoja de coca crecieron, entre 1999 y 2008, en 45 por ciento, hasta llegar a las 56.100 hectáreas, según el reporte anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
A ello agreguemos la delincuencia que, de a pocos, va aumentado de acuerdo a reportes de secuestros y asesinatos coordinados desde las cárceles, entre otros delitos.
Alan García, tiene mucho en que pensar. Su gobierno ha mejorado, pero de ninguna manera podemos pensar que el país está en el mejor de los mundos.
lunes, 2 de agosto de 2010
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