sábado, 8 de marzo de 2008

HIPOCRITAS APLAUSOS PARA UN FINAL DIGNO DE UNA NOVELA ROSA

Lima, 08 Marzo 2008.- Culminó toda la preocupación a raíz del desparpajo colombiano de invadir territorios que no eran suyos. Horas y horas de tensión, plagadas de reproches e insultos auguraban una escalada de grave crisis que mantuvo en vilo a todos los asistentes a la Cumbre de Río, pero que al final tuvimos ese clásica pantallaza hipocritona que envuelve a los mandatarios para salir del entrampamiento que ellos mismos ocasionaron.

¿Quién ganó? Todos salieron ganando, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, mostrando una sonrisa de oreja a oreja porque con ello mostraba una imagen de vencedor que le auguraba su pretendida reelección bajo los ojos protectores de Bush y compañía y la asolapada anuencia de la OEA que nunca condenó a Uribe y mostró ser uno de los mayores caraduras en estos momentos. Esos pomposos señores mostraron su servilismo a Estados Unidos con lo que quedó demostrado que cuando de poder se trata o estas con uno o estas con otro. No hay término medio. ¡Que vergüenza!

Mientras Chávez también mostraba satisfacción. Como no lo va estar si prácticamente se “echo tierrita” al tema de la computadora portátil de Raúl Reyes después de un bombardeo que mató a 22 personas y donde figuraba las próximas citas clandestinas con Hugo Chávez y “el agradecimiento por los 300 millones”.

Todos bien, todos felices y todos “alegremente” festejaban ese acuerdo con la cara de pocos amigos de Correa que no le quedó otra cosa que hacer las paces mientras la presidenta de Argentina tampoco mostraba alegría ante un eufórico Uribe que se paseaba “como pedro en su casa” festejando algo que lo ubica en un lugar clave para su pretendida reelección.

En la cumbre del Grupo de Río, celebrada en la capital de República Dominicana, todos se olvidaron de la agenda oficial sobre energía y gestión de catástrofes naturales para ver el continuo cruce de acusaciones entre Uribe y su par ecuatoriano, Rafael Correa, en la peor crisis en la región en años.

Esa crisis no es otra cosa que una turbulencia más que puede tener fatales consecuencia para la región. Cada vez es más notorio el deseo de Estados Unidos de conseguir peones para demoler a Chávez, cosa más que justificada, pero no de la manera que desean los gringos porque las consecuencias para los pueblos podría ser desastrosa. La historia nos enseña que eso es poco importante para los gobernantes. Lo que menos les preocupa son los muertos y el desastre que podrían ocasionar. El caso de Irak, lo más reciente, puede dar fe de ello.

Mientras Chávez continúa con su pretendido afán expansionista que le permita tener ese liderazgo socialista tan soñado al lado de sus “peones” y “criados” en toda Latinoamérica. Su petrodólares y sus planes, tipo ALBA, son una muestra que lo que quiere Chávez es que, por ejemplo, Ollanta Humala gobierne el Perú para luego seguir colocando presidentes títeres en otros países que les proporcione ese poder tan soñado por él y su patriarca Fidel.

Tanto mejor si tiene un presidente como Daniel Ortega en Nicaragua que resultó ser el peor peón que se ha visto en los últimos años. Rompe relaciones, insulta, vuelve a reiniciar relaciones, es decir todo según los designios de su mentor Hugo Chávez. Que caricatura de presidente tienen los pobres nicaragüenses.

Pero hay una verdad absoluta en todo esto, el socialismo chavista está expandiéndose y peligrosamente puede lograr sus propósitos. Eso lo sabe Bush que pone, cada vez que tiene oportunidad, “planes nefastos” como este.

Durante una semana, Uribe y Correa intercambiaron acusaciones de mentiroso, narcotraficante, patrocinador del genocidio en una disputa desatada por el bombardeo colombiano de un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, en una disputa a la que se sumó el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Se corrió la voz sobre un peligro de guerra. ¿Ustedes creen que en estos tiempos podría ocurrir algo así en nuestra región? Era un plan premeditado para tambalear a los chavistas y crear zozobra. Estados Unidos quería probar la capacidad de Correa y, de paso, poner nervioso a Chávez.

Lo mejor de la Cumbre fue el observar el verdadero rostro de los presidentes. Esos que se dan palmaditas, besitos, pero que luego ya en sus países confabulan, guerras, tensiones y demás despropósitos.

Aquí, por la importancia del caso, se dejo de lado la diplomacia y la tensión comenzó a aumentar cuando Uribe se dirigió a los delegados en el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana, leyendo documentos encontrados en el computador de un líder rebelde marxista muerto que, según él, son evidencia de vínculos con el izquierdista Correa.

"Qué difícil es creer a alguien que ha mentido tanto," respondía Correa a las acusaciones de Uribe de que su Gobierno tiene nexos y contactos políticos con las FARC.

El líder colombiano replicaba a Correa, que sonreía y sacudía la cabeza antes las imputaciones: "No me aplique el cinismo que tienen los nostálgicos del comunismo."

En un momento en el que Correa salió de la sala tras una intervención de Uribe, se desató una oleada de especulaciones sobre si habría abandonado la reunión como protesta. Un funcionario sofocó el rumor: el presidente ecuatoriano había ido al baño.

Después todos se pusieron la máscara que tienen los políticos para solucionar los problemas, pero ¿hasta cuando durará todo esto?

Ahora se sabe porque Manta, esa base militar en el Ecuador, sigue siendo tan importante para Estados Unidos. Los hechos parecen demostrar que lo que se planifico era con alevosía, padrinazgo y ventaja.

El hecho es que la tensión solo fue pasada con agua fría, pero en cualquier momento se puede volver a calentar. Hizo bien Alan García, en no meterse en estos asuntos y ser muy diplomático en estos casos. Toda vez que con Correa nosotros no podemos confiar. Puede decir toda su verborrea política pero Chile parece ser cada vez más cercano a sus intereses.

Esa es la baraja de estas cartas en la que los líderes políticos juegan el destino de nuestra región. No queremos doctrinas socialistas nefastas ni ser como Venezuela, Cuba o Nicaragua; pero tampoco podemos decir sí, a todo lo que diga mister Bush. Se vienen tiempos difíciles. Solo esperamos que nuestros pueblos no se perjudiquen; porque ellos, a la larga son los que pagan “los platos rotos” del apetito de poder de nuestros nefastos políticos.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiene toda la razon todos piensan en su conveniencia nada más. pero la verdad es que Chávez rebasa todo limite. ¿Hasta cuando durará?..