EL OSCAR: NOCHE DE RÉCORDS, HASTÍO Y ABURRIMIENTO

Lima, 08 Marzo 2010.- Culminó la que debe ser la noche más tediosa de los últimos años en los premios Oscar y no lo decimos porque no haya ganado Claudia Llosa porque a la larga era previsible que eso sucediera, aunque el premio para “El Secreto de tus Ojos” sorprendió hasta al propio director, Juan José Campanella quién dijo que “el pensaba que el premio se lo llevaba Michael Haneke”, sino porque la ceremonia cada año se convierte en un producto comercial de mera entrega de premios que relega al espectáculo visual que todos esperamos, exista en este tipo de ceremonias, cada vez, tan venido a menos.

Porque la verdad fue una noche para el olvido. No hubo nada que recordar, salvo las emocionantes y merecidas entregas a Sandra Bullock, M´onique y Kathrick Biguelow, lo demás era una sucesión de premios y premios que cansaba y llegaba al aburrimiento. Ni Steve Martin ni mucho menos Alec Baldwin pudieron realizar una divertida entrada a una ceremonia sosa y carente de todo espectáculo.

Sin duda, ya se preveía todo esto, al acordar la Academia eliminar los Premios Honoríficos para otorgarle sentido comercial a una ceremonia que pudo estar mejor estructurada. ¿Porqué no se parodió mejor a Avatar” ¿Porqué le quitaron tanto protagonismo a Steve Martin y Alec Baldwin? Si se suponía se rendía homenaje a las cintas de terror ¿Porqué no se le dio más protagonismo?

La ceremonia se hizo larga y tediosa por momentos, debido sobre todo a unos montajes alargados, discursos sin emoción y homenajes sin demasiado interés, que parecieron incluirse para justificar “el esmerado” diseño de producción.

En verdad se extraño mucho esos Homenajes Especiales que se hacía cada año a varias Leyendas del Cine. Este año se rindió homenaje al director de series "B", Roger Corman y a la gran Laurell Bacall, pero ellos tuvieron su “cena de gala” el pasado mes y sólo se ofreció extractos de la misma. El colmo llegó cuando ambos personajes, presentes en la ceremonia, recibieron una ovación de pie por parte del público reunido en el teatro Kodak, pero la organización no les dio la oportunidad de subir al escenario.

El lado negativo también llegó por parte de los triunfalistas colegas peruanos quienes nos endilgaron mañana, tarde y noche, noticias y "ceremonias" en torno a “La teta asustada”. En Manchay se contagiaron de la efervescencia y prepararon una fiesta al igual que en Huanta. Ello causó un hastío insoportable porque aunque todos queríamos que ganara “la teta”, el triunfalismo lo hacía insoportable. El programa Panorama amplió su horario más de lo debido pensando que la cinta de Claudia Llosa chaparía su Oscar, mientras en Frecuencia Latina se contagiaron de la “triunfalitis” ya que escuchamos varias veces en la transmisión “Ya llega el Oscar para La Teta Asustada”.

A propósito de la transmisión esta careció de toda emoción porque los traductores parecían meros robots sin unas pizca elemental de conocimiento de cine ¿A quién se le ocurrió la idea de traducir los breves segundos de las películas presentadas? Por si fuera poco se enredaban una y otra vez, para colmo muchas veces no sabían ni porqué los presentadores hacían los chistes hacia determinados personajes del cine.

Pero, claro no todo fue malo durante la ceremonia. Los premios principales de la noche volvieron a tener a 5 actores que tuvieron que ver, de una y otra forma, con los candidatos. Ello le dio realce y cierta emoción a estos rubros, ya que se contó con la presencia de grandes nombres presentando a los nominados en las categorías de interpretación, y se pudo ver a Michelle Pfeiffer, Tim Robbins, Colin Farrell, Forest Whitaker, Vera Farmiga, entre otros. El último Oscar, el de mejor película, lo entregó un clásico en estas ceremonias: Tom Hanks.

La película de Animación tuvo como acierto incluir a populares personajes de las cintas nominadas que le dieron frescura a la ceremonia, mientras Ben Stiller, disfrazado como uno de los Na'vi, alienígenas de 'Avatar', protagonizó uno de los pocos momentos de humor rescatables de la ceremonia.

Otro buen momento fue el homenaje a John Hughes, figura clave del humor estadounidense en las décadas de 1980 y 1990, que reunió sobre el escenario a aquellos que le deben buena parte de su fama, como Macaulay Culkin, Matthew Broderick y Molly Ringwald.

El momento más destacado de la noche fue la parodia de “Actividad paranormal” en la que se lucieron Martin y Baldwin, mientras Pedro Almodóvar y Quentin Tarantino al presentar el Oscar a la Mejor Película Extranjera protagonizaron un diálogo divertido. "Es genial conocerte, siempre he sido un admirador de tus películas", dijo Tarantino, a lo que el Almodóvar le contestó: "A mí también las tuyas, aunque no entienda ni una palabra de ellas".

En cuanto a los premios en sí. Este año hubo récords, primero Sandra Bullock logró erigirse como la primera actriz en ganar un premio a mejor actriz y otro a Peor Actriz. Bullock ya había ganado la noche anterior un Razzie, considerados los anti-Oscar por el film "All About Steve", sin embargo se llevó la estatuilla dorada por “The Blind Side”. La actriz se emocionó y dejó escapar algunas lágrimas. Algo que hasta se prohibió durante el espectáculo. Pero claro, era un premio mayor que no podía de ninguna manera cortarse.

Y aunque el discurso de Bullock fuera conmovedor, lo que más emocionó al público fue el Oscar otorgado a M´onique quien al recibir su estatuilla por Mejor Actriz de Reparto gracias a su trabajo en “Preciosa” fue objeto de una ovación de pie por parte de sus colegas quuienes aprobaron su más que merecido premio.

El triunfo de “Zona de Miedo” digamos que es un premio a lo técnicamente correcto porque su competidora más cercana “Avatar” era un film meramente visual, pero cuyo guión tenía muchos vacíos en su estructura narrativa, mientras la cinta de Kathryn Bigelow, contiene una propuesta cinematográfica mucho mayor capaz de recrear la tensión de la guerra como una adicción que atrapa al espectador. Claro no todos están a favor de esta propuesta de Bigelow porque, aunque se diga que fue una de las películas menos vistas por el público por problemas de distribución, la cinta no gustó mayoritariamente al público a pesar que haya encantado a la crítica.

La noche fue redonda para Kathryn Bigelow porque no sólo ganó su film sino se convirtió en ser la primera directora mujer en ganar un premio Oscar. Ya antes lo habían intentado otras mujeres sin mucha suerte. Incluso Barbra Streisand en 1982 con “El príncipe de las mareas”, tuvo su polémica respectiva al no ser considerada en dicho rubro, algo que si consiguió su propia película. La Streisand tuvo, tal vez, la mayor publicidad y solidaridad de sus colegas durante la ceremonia de ese año lo que reeditó en la taquilla respectiva. A pesar que la Academia hizo bien en no incluirla porque la cinta no era para hacer tanto alboroto. Tal vez, por ello la Academia invitó a Barbra Streisand a nombrar a la ganadora y con ello Bigelow rompió otro record que destacar.

Finalmente nuestro reconocimiento para Magaly Solier y Claudia Llosa. No ganaron, pero igual dejaron en alto el nombre del Perú. Claudia Llosa ya ha dejado un camino abierto que esperamos pueda ser seguido no sólo por sus demás colegas sino por ella misma. Talento le sobra. Ella no tiene la culpa del excesivo triunfalismo existente que se vio durante los días previos a la ceremonia. Tanto Magaly como Claudia han cumplido y nos entregaron momentos de ilusión y de mucha emoción.

En cuanto al Oscar, fue un año de merecidos premios, pero de un pobre espectáculo. Hasta el final del evento, que duró más de tres horas y media, careció de toda emoción cuando Tom Hanks, al anunciar el nombre de la película no presentó ni siquiera el nombre de las 10 películas nominadas y sólo anunció rápidamente el nombre de la ganadora que sorprendió a muchos.

De esta manera terminó otro año más del Oscar cuyo glamour y espectacularidad definitivamente se han perdido. Seguiremos añorando esos años en que la Academia derrochaba producciones de primera que combinados con los discursos y las emociones hacían de la velada una noche mágica e inolvidable. Hoy todo de eso, simplemente se ha perdido.