domingo, 14 de marzo de 2010

UN GRAN SACERDOTE


Se nos fue Juan Julio Witch. Tuvimos la oportunidad de apreciar su gran calidad humana en varias ocasiones. El respetado y querido sacerdote falleció a los 78 años a causa de un coma diabético. Su cuerpo sucumbió ante una penosa enfermedad

Wicht era catedrático de la Universidad del Pacífico y obtuvo un PHD en Economía de la Universidad de Harvard. En 1996 obtuvo el Premio Nacional de Derechos Humanos y al año siguiente el Congreso le otorgó la Medalla de Honor.

A Juan Julio Witch se le recordará por siempre como el sacerdote que permaneció voluntariamente durante 126 días como rehén del MRTA, pese a que los emerretistas habían dispuesto su liberación con un grupo de personas.

"Padre, usted puede irse cuando quiera", le dijo el terrorista Néstor Cerpa Cartolini en esos días finales de 1996. El MRTA había tomado la residencia del embajador japonés en San Isidro, y un sacerdote jesuita, Juan Julio Witch, se negaba a dejar la sede rodeada por las fuerzas del orden. Estaba convencido de que su obligación era quedarse para dar asistencia espiritual y ofrecer cada domingo la eucaristía, aun en condiciones sumamente difíciles para su vida, a los rehenes que a punta de fusil el grupo terrorista retuvo bárbaramente todo ese tórrido verano de 1997.

Esperó firme en sus convicciones y solidario para los demás. Poco le importó su vida si ante no anteponía su fe y solidaridad para con sus semejantes. Fue la persona a quien más se busco luego que el comando Chavin de Huántar ingresará con éxito a la embajada japonesa. Juan Julio Witch sonreía con una espesa y crecida barba.

Unos días después, Witch contó que Cerpa le dijo que se vaya a lo que él le contestó resuelto al comandante emerretista: 'Ustedes pueden impedirme que me quede, bótenme a la fuerza, a patadas, pero yo no voy a salir'.

Ha partido uno de los sacerdotes más humanos y solidarios. De esos que poco se ve. Son aquellas personas que con sus actos nos abrigan la esperanza de que alcancemos un mundo mejor y que nuestras convicción a Jesús, cualquiera que sea la idea que tengamos de él, se fortalezcan.

Witch era un hombre culto y cortés, conocedor de la realidad peruana, y muy preocupado sobre la terrible pobreza y la injusticia social que castigan a millones de compatriotas.

Tiempo después With se dedicó a exponer en diversos seminarios y conversatorios, siempre planteando propuestas sobre cómo reducir la enorme e injusta brecha que separa a los pobres de los poderosos en el Perú.

Se ha ido un gran sacerdote que demostró con actos su grandeza y su amor por los demás. Uno de los pocos de nuestro clero que merecen una líneas de reconocimiento por lo que hicieron aquí en este mundo tan necesitado de gente como él. Hasta siempre Padre Juan Julio Witch. Que Dios lo tenga en su gloria.

No hay comentarios: