lunes, 2 de junio de 2008

EL EGO PRESIDENCIAL

Lima, 02 Junio 2008.- Alan García siempre ha sido así. Altanero, orgulloso, posero, displicente y diplomático hasta donde puede. Sabe con quien trata y hasta donde puede dar. En parte, esos “detalles” lo han encumbrado, en cierta medida a la posición que hoy ostenta. Muchos hasta le tiemblan en el partido y hacen “a pie juntilla” lo que el jefe les ordena.

Ahora su ego está súper inflado. La Cumbre fue un éxito y las encuestas por lo menos lo mantienen. Que ha descendido, bueno puntos más, puntos menos, vale decir todo político siempre tiene esa tendencia, más que nada no es un descenso aparatoso y a la larga siente que su gestión anda por buen camino.

Pero eso para muchos, es un mal indicador. Es que piensan en el García de los ochenta y por los antecedentes que se vienen dando. Pues hay que darle la razón a esos incrédulos.

De un tiempo a esta parte, Alan García parece mostrarse complacido con su gestión, cree que ya arregló los problemas vitales del Perú y orgulloso muestra “esperanzadoras” cifras macroeconómicas que le indican que “hay menos pobres en el Perú”.

García insiste en su terquedad, ataca y no hace caso ni a los economistas ni mucho menos oye lo que la calle percibe. Es que no basta gritar a los cuatro vientos que ya no hay más pobres y que vamos por buen camino. Caray, si el señor García piensa eso, que espere hasta el último día de su mandato y nos ofrezca un balance de su gestión porque mientras el dé su discurso, los peruanos evaluaremos en las calles si el señor García dice la verdad o nos presenta leyendas fantasiosas como en los noventa cuando se atrevió a dar un discurso magnificando su desastrosa gestión.

Con esto no queremos decir que su gestión actual sea como la anterior, pero hay actitudes que a nada bueno conducen y eso como todo buen estratega García debe meditar y dejarse de vociferar cosas tan fuera de lugar como su pretendida propuesta de organizar las Olimpiadas (¿?). El mandatario es ante todo un político y, sobretodo, buen analista, sabe perfectamente que eso es un casi salto al vacío. De donde sacará todo el billete que se necesita para organizar un evento de esa naturaleza, no sabe la cantidad de personas que asisten, los coliseos que tiene que tener cada ciudad, las villas olímpicas que se tienen que construir para miles de deportistas que vienen de todo el mundo, o tiene una transnacional poderosa que lo respalde. Porque si lo tiene mejor que pague la deuda externa que es más importante que todo.

Pero ello, tiene una historia porque una tarde, como quien no quiere la cosa, llegó a todos los medios la nota de prensa respectiva: “El gobierno anuncia que organizará los Juegos Olímpicos…”, mostramos nuestra extrañesa y pensábamos para nuestros adentros. "que raro que la nota no diga que son declaraciones de Alan García y solo se mande con que el gobierno lo organizará".

Tiempo después, ante los corregidos de la prensa, enmendó la plana y el propio mandatario anunció que su gobierno organizará la siguiente olimpiada. Nos preguntamos ¿Porque nadie le enmendó la plana?

Ninguno le pudo corregir. Con decirle: “Señor Presidente, las Olimpiadas no la organizan los países, sino las ciudades”, con eso bastaba para que un hombre de su experiencia se diera cuenta el ridículo que hacía. ¿Tanto le temen?

No sabe García lo paupérrimo que luce nuestro deporte. Allí están las chicas del voley que tienen que costearse su pasaje para acudir a entrenar, el box casi ni existe mientras los demás deportes dan pena. Claro, solo el fútbol se salva por los millones que maneja, pero eso es otra historia.

Por ello, muchos temen que el García de los ochenta vuelva hacer su aparición, ya que muchos se preguntan ¿Por qué tanto entusiasmo presidencial por el deporte? ¿No será que Alan quiere un “caballito de batalla” para seguir metiéndole sueños a la población?

Pero, eso no es lo peor, ahora resulta que ningún periodista le puede hacer preguntas incomodas a su “majestad presidencial” porque el cuadre y la respuesta amenazante están a la orden del día.

La economía está mejorando, el Perú luce otro rostro, eso es indudable. Su mérito tendrá García, pero que recuerde que eso es producto de buen manejo económico y también tienen su merito anteriores gestiones. Así que toda la felicitación no es para esta gestión aprista. El mérito es compartido y que seguramente la historia se encargara de nombrarlos.

Pero, esto no quiere decir que los pobres desaparecieron o que hay trabajo a la vuelta de la esquina. Oiga, los precios han subido, la mayoría se recursea porque trabajo no hay, salvo que seas un vendedor y por comisión ganes. El hecho de hacer salir a supervisores a la calle a observar que se les otorgue un seguro a los empleados, no quiere decir que el asunto esté arreglado.

Se va por buen camino, pero no por ello estamos en el mejor de los mundos. El señor Alan García será jefe de su partido y estos será meros títeres que no le contradicen en sus exabruptos, pero para ello está la prensa, para enmendar la plana y también el pueblo para decirle que vaya a los mercados, que se ponga a buscar trabajo un día lunes y que observe que con 500 soles no se puede vivir.

Cuidado con el ego presidencial porque a nada bueno nos conduce. Los peruanos ya sabemos en el pasado lo que García hizo en su gestión. Por ello es de esperar que enmiende la plana y que se deje de “fantasías palaciegas” que a nada bueno conducen. Que siga el país por ese camino, pero sin triunfalismos ni poses que perjudican y no unen. Compréndalo señor García.

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