domingo, 8 de junio de 2008

LA DIFERENCIA ENTRE UN GANADOR Y UNOS PERDEDORES

Lima, 08 Junio 2008.- Venía escribiendo esta nota cuando escuchó a varios hinchas mostrar su desazón ante la estrepitosa goleada propinada a la selección por parte de México. Una goleada (4-0), a la que estamos acostumbrados gracias a la desidia de nuestros dirigentes y a la poca voluntad de nuestros jugadores, en su mayoría más preocupados en el trasero de las vedettes y modelitos del montón que en sacar adelante los colores de su patria.

Y en verdad, actualmente son pocos los deportistas que se rajan por el Perú. Este país que rara vez, muy de vez en cuando diríamos, tiene logros importantes de sus deportistas.

Y el sábado pasado fue un día de alegría para todos los peruanos, porque Luís Horna triunfó en dobles en el Roland Garros. Algo impensado por muchos.

Efectivamente, tanto Luis Horna como el uruguayo Pablo Cuevas se adjudicaron el título en el certamen masculino de dobles en el Abierto de Francia, con una victoria en sets corridos frente al canadiense Daniel Nestor y al serbio Nenad Zimonjic en la final.

De esta manera, ambos, se convirtieron en la primera dupla de sudamericanos que gana un título del Grand Slam desde que el tenis se transformó en un deporte profesional, en 1968. Horna y Cuevas nunca antes habían actuado juntos.

Una hazaña muy meritoria y muy oportuna además, porque Horna en cierta forma se cobra una satisfacción y una revancha.

Satisfacción porque sabe que ha conseguido una meta y llega a su momento de gloria gracias al apoyo de unos cuantos que creyeron en él, por eso ríe y derrama algunas lágrimas de la emoción, porque para los verdaderos deportistas son esos momentos en los que aflora el amor a la patria y a los suyos. Triunfos con derroche y esfuerzo que rinden sus frutos.

Y a la vez constituye una revancha para demostrarles a algunos que le sobra esfuerzo y capacidad para cosas mayores y sobretodo, para decirles a aquellos que tuvo razón en retirarse de las eliminatorias de la Copa Davis por una lesión en el antebrazo derecho.

Ahora ¿Que dirán esos que criticaron esa actitud? Increíble resultó como alguien le enrostró si es que no había fingido lesión para no tener que enfrentarse a los españoles. ¿Que dirán ahora?

Seguramente el presidente García lo invitará a Palacio y le dará alguna condecoración. Está bien todo ello. Pero Horna sabe que es un triunfo oportuno y satisfactorio.

Es que venía lleno de derrotas y criticas. Pero el esfuerzo y el empeño tienen su logro. Y vaya que Horna merece más que una medalla o un trofeo. Merece de pie el aplauso del pueblo peruano porque nos demuestra que todavía existen grandes deportistas que se anteponen a las dificultades y a los atropellos de aquellos que dicen mucho, pero nada hacen por apoyar a estos grandes que se hacen solos. Tienen solo a la familia a su lado y a sus maestros de siempre que le dicen al oído que todavía se puede, que la meta está cerca.

Hoy Luís Horna logra un triunfo que engrandece al tenis peruano porque logra una hazaña nuca antes vista ya que ni siquiera podría compararse con los logros del gran Alejandro Olmedo porque éste jugó como tenista norteamericano.

Hoy que se anuncia unos merecidos Laureles Deportivos, Horna comprende que todavía falta mucho para el retiro y con la bandera peruana presente sabe que puede emprender un nuevo camino hacia los triunfos y las alegrías.

Pensar que 24 horas después de esta hazaña, como siempre, todo el país se volcaba a los televisores para ver como goleaban a esa enclenque selección peruana, cuyos jugadores no se pueden comparar con este GRANDE con mayúsculas.

Hay un dicho que siempre lo tengo presente, quien nació en la opulencia o siquiera con "un pan bajo el brazo" jamás le hará mella unos dólares más o un caserón urbanístico. Sencillamente porque durante su infancia siquiera tuvieron la comodidad necesaria gracias al esfuerzo de sus padres quienes le permitieron ver con mayor claridad cual es la barrera que no se debe traspazar cuando el poder del dinero te invade y que te permite, ya como adulto, ver con mayor madurez y claridad.

¿Porque ello? Simplemente porque mientras Horna se entrega con coraje y logra triunfos impensados como aquella vez que con garra y dejando el último sudor en la cancha jugó el partido enfermo, y lo termino ganando; varios jugadores de fútbol piensan que porque tienen dinero y cierta fama ya lo han logrado todo y se entregan a sus caballitos, al trasero de la esquina, en tomar cerveza en las calles o en lucir sus autos de moda. Mientras otros como aquel "holandés" afirma risueñamente no tener ningún problema con la sanción que tiene, porque así pasa más tiempo con su familia (¿?). Esa es la mediocridad que campea en nuestro fútbol plagado de personas que de pronto lo tienen todo y creen que es lo máximo a lo que pueden aspirar cuando no han ido ni irán jamás a un mundial. Pero, ¿que se puede esperar de esos que en la fama desconocen a sus seres queridos?

Esa es la diferencia entre un ganador y unos perdedores. Muchos sabemos que no podemos esperar mucho este fin de semana cuando enfrentemos a Colombia por las eliminatorias; pero nos queda el consuelo que todavía hay hombres con los pantalones bien puestos que vencen a la adversidad y lo que es mejor no le dan la espalda a su país y por él se entregan con pasión y esfuerzo. ¡Viva el Perú y Viva Horna!, carajo.



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