Déjame Entrar (Let Me In) ya contaba con una gran cantidad de admiradores a nivel internacional y Reeves comparte su respeto por el material original. La versión estadounidense de la película transporta la acción a una pequeña ciudad en las montañas de Nuevo México pero es fiel a la trama de la novela y el primer filme. “La cinta es sobre una época específica en la vida,” dice Reeves. “Nos habla de lo difícil que es la rutina diaria para un niño de 12 años de edad que es atormentado por otros chicos en su escuela y que no tiene amigos. Pone en yuxtaposición la inocencia y las revelaciones de esa edad con la luz y la oscuridad.”
“Traté de encontrar las formas de trasladar el relato de la Suecia de los 1980s al Estados Unidos de la misma era, cuando Ronald Reagan era presidente. La Guerra Fría todavía estaba en su pináculo cuando Reagan hizo su discurso acerca del “Imperio del Mal” y el presidente le dijo al país que el mal era algo que existía fuera de nuestra sociedad, que los soviéticos eran malos y que los estadounidenses eran fundamentalmente “buenos.” ¿Me pregunté cómo sería para un niño de 12 años como Owen, que guardaba todos estos sentimientos sombríos dentro de sí, crecer en ese contexto? Debió ser muy confuso, señala Reeves”.
A pesar de que los realizadores incluyeron los elementos sobrenaturales de la historia, ellos insistieron en que las emociones fueran lo más realistas posibles. “Es un comentario sobre la humanidad,” dice Vicki Dee Rock, la co-productora del filme. “Podemos cometer la equivocación de pensar que es sólo sobre vampiros pero realmente nos habla acerca de cuan aislados nos podemos sentir y del precio que estamos dispuestos a pagar para que nos quieran.”
ENCONTRANDO A LOS ACTORES INDICADOS
Como la resonancia emocional de la cinta descansa sobre los hombros de sus protagonistas preadolescentes, los realizadores sabían que la química entre Abby y Owen era crucial. También sabían que encontrar los actores con la edad apropiada para interpretar personajes con tantos matices era un gran reto. Avy Kaufman, la encargada de seleccionar el reparto de la película, y los realizadores entrevistaron jóvenes actores en Nueva York, Los Ángeles, Londres, Australia y Nueva Zelanda durante un período de ocho meses. Kodi Smit-McPhee, quien protagonizó junto a Viggo Mortensen y Charlize Theron la aclamada realización de John Hillcoat de la novela de Cormac McCarthy El Último Camino, fue escogido para interpretar a Owen.
“Owen se ha visto obligado a convertirse en un niño solitario, un poco similar al papel que interpreté en El Último Camino,” dice Smit-McPhee. “Es hijo de una madre divorciada. Su vida no ha sido fácil. Lo atormentan en la escuela y aunque su mamá lo quiere, bebe mucho.” Owen tiene una fascinación por los asesinos en serie. “Él sabe que es una afición extraña, así que prefiere no compartirla,” dice el juvenil actor.
“Pero la forma como se viste y se comporta acentúan su ineptitud social, lo que hace que sus compañeros lo atormenten. Cuando una chica nueva se muda al apartamento de al lado, él piensa que ella es un poco rara pero necesita alguien con quien hablar. Y justo cuando se convierten en amigos íntimos, él descubre que ella es un vampiro.”
Para interpretar el rol de Abby, los realizadores escogieron a la actriz infantil de 12 años de edad, Chloë Grace Moretz, quien llamó la atención de los críticos y el público con destacadas actuaciones en Kick-Ass: Un Héroe sin Superpoderes y 500 Días con Ella. “Abby tiene 12 años pero ha tenido esa misma edad durante quizás 250 años,” observa el director Reeves. “No es una mujer de 250 años de edad que tiene el aspecto de una niña de 12. Abby ha tenido 12 años eternamente. Posee toda la inocencia de una niña. También posee los instintos primitivos de un vampiro, los cuales no puede controlar. “Abby parece una niña normal pero tiene dentro de sí otra persona que no puede controlar,” dice Moretz. “Tiene el peso de ser un vampiro sin nunca haber tenido otra alternativa.”
Aunque las experiencias que han experimentado en sus vidas son muy distintas, estos dos niños solitarios y marginados rápidamente establecen una relación amistosa. “Abby nunca ha podido tener amigos como Owen,” agrega Moretz.
“Ella comprende por lo que él está pasando. Ella no puede hablar con nadie de sí misma o de su vida. La única persona que conoce su secreto es el Padre. Él la quiere tanto que mata por ella.” Interpretar el rol de un vampiro que es tanto víctima como villano, le dio a Moretz la oportunidad de explorar lo que significa ser un vampiro.
“Algunas personas piensan que sería maravilloso vivir eternamente pero yo no lo creo,” afirma la joven actriz. “Puede ser interesante ver todas las generaciones diferentes y los cambios que trae el progreso pero también existe la tristeza de no crecer nunca ni tener hijos ni un esposo ni conocer el amor.” Abby es acompañada por un guardián, un hombre mayor de rostro agotado que parecer ser su padre. Para interpretar este personaje, el director-guionista escogió a Richard Jenkins, cuya actuación en Visita Inesperado lo impresionó mucho y por la cual el actor recibió una nominación al Oscar como Mejor Actor en 2009.
En un rol que muchos encontrarán escabroso, Jenkins logar encontrar la humanidad básica del personaje. “Richard convierte al Padre en una persona real,” dice la co-productora Vicki Dee Rock. “Es conmovedor hasta en las cosas más pequeñas que hace. A pesar de que sus acciones son horribles, todo lo que hace es por amor.”
El Padre, como lo llaman en el libreto y la novela, ha pasado su vida protegiendo y manteniendo segura a Abby. “Es una existencia extraña,” dice el actor. “No se relaciona con nadie más que con Abby. Sale y consigue lo que ella necesita para sobrevivir. Sus actos son depravados pero los realiza por cariño. La ha cuidado durante décadas pero ya está cansado.”
Éste es el rol que más exigencias físicas le ha presentado a Jenkins en toda su carrera, incluyendo una inquietante transformación. Elias Koteas, un experimentado actor con un envidiable currículum en cine y televisión, interpreta al inspector de policía anónimo que es el responsable de capturar al Padre y a Abby.
“Recuerdo lo que sentí cuando tenía la edad de Owen y comprendo la fase por la cual está pasando,” dice el actor. “Pienso que todos nos podemos identificar con él de alguna forma. Es fácil sentirse solo y marginado.” Para asegurarse que los espectadores vean la acción desde el punto de vista de Owen, Reeves tomó la decisión poco usual de oscurecer casi totalmente el rostro de la actriz que interpreta a su madre, presentándola tan invisible al público como ella se ha convertido para su hijo.
SANGRE Y NIEVE: DETRÁS DE LAS ESCENAS DEL FILME
Déjame Entrar (Let Me In) se filmó en exteriores en Los Álamos, Nuevo México, un poblado con alrededor de 18,000 habitantes localizado 100 millas al norte de Alburquerque donde está el famoso Laboratorio Nacional Los Álamos. Parece una pequeña ciudad común y corriente pero se fundó durante la Segunda Guerra Mundial como una comunidad supersecreta donde los científicos del Proyecto Manhattan crearon las primeras armas nucleares. En vez de utilizar las imágenes estereotipadas de los filmes del género de los vampiros, Reeves le pidió al supervisor de los efectos especiales Andrew Clement que creara un estilo único inspirado en los problemas reales que los adolescentes confrontan.
LA MÚSICA DE DÉJAME ENTRAR
Según Reeves, la música de Déjame Entrar (Let Me In) debía lograr dos propósitos. La partitura musical original, escrita por el premiado compositor Michael Giacchino (La Joya de la Familia, ganador del Oscar por Up-Una Aventura de Altura, premiado con el Emmy por la serie de televisión Lost), le daría el tono emocional a la película.
Las canciones de la banda sonora, seleccionadas con la ayuda del reconocido asesor musical George Drakoulis, ayudarían a evocar los 1980s, la época en que la cinta está ambientada. Reeves, Giacchino y Drakoulis colaboraron para crear un fondo musical inquietante que se transforma sutilmente del terror y la soledad a la ternura y el cariño. Tanto Reeves como Giacchino admiran la música del legendario compositor Bernard Herrman, quien creó la partitura musical para docenas de películas durante su larga carrera, incluyendo las películas clásicas de suspenso de Alfred Hitchcock Intriga Internacional y Psicosis.
“Ésas son las cintas que me impresionaron y mantuvieron en suspenso cuando era niño y quise que la música tuviera un espíritu similar,” observa el director. Déjame Entrar (Let Me In), protagonizada por Kodi Smit-McPhee, Chloë Grace Moretz, Elias Koteas y Richard Jenkins, constituye una oportunidad para comparar esta nueva relación con la versión original. Una nueva oportunidad para conocer nuevos puntos de vista sobre esta fantástica historia.
3 comentarios:
esta pela esta padrisima !veanla!
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