Lima, 06 Junio 2011, (El Informante Perú).- Finalmente terminó la campaña presidencial y aunque ha sido considerada como una de las más sucias, para el grueso de peruanos, ello es común en este tipo de campañas. Hoy, Ollanta Humala es casi fijo presidente constitucional del Perú. Finalmente el Partido Nacionalista ahora convertido en Gana Perú accede al poder en medio de una incertidumbre de la mitad de los peruanos que no muestran simpatía por este capitán del Ejército, en retiro, que tendrá en sus manos la posibilidad de demostrar que no es un izquierdista radical, afín a Evo Morales, Fidel Castro y Hugo Chávez sino un político que llega al poder con ganas de darle un mejor impulso a nuestro Perú.
El líder de Gana Perú, Ollanta Humala, ha asegurado, en su primer discurso como virtual ganador, que su gobierno convocará los mejores cuadros técnicos independientes e intelectuales, con la finalidad de plasmar un gobierno de concertación y de ancha base que prometió durante su campaña electoral.
Esperemos que sea así. Debemos recordar que Humala Tasso ha tenido muchos sinsabores en su carrera política que estuvo marcada durante sus años de servicio en las zonas selváticas de Tingo María y Madre Mía, en 1991-92, donde fue acusado de asesinatos y abusos contra la población civil, así como de sobornos a testigos de esos delitos, casos por los que fue investigado por el Poder Judicial, sin que nunca se pudiera probar su participación en esos hechos. A ello habría que agregar que fue indirectamente involucrado junto a su hermano Antauro en otra sublevación en la localidad andina de Andahuaylas, que se saldó con seis muertos (cuatro policías y dos rebeldes). Se le acusó a Ollanta de ser el autor intelectual del llamado "andahuaylazo", aunque no se pudo demostrar nada concreto contra él.
A pesar de todo, Humala Tasso finalmente postuló a la presidencia del 2006. Es así que en la primera vuelta electoral, celebrada el 9 de abril de ese año, Ollanta Humala fue el candidato más votado, seguido del ex presidente Alan García, quien, sin embargo, se hizo con la Presidencia el 4 de junio al conseguir en segunda vuelta el 52,5 % de los sufragios frente al 47,4 % de Humala. Aunque Humala no logró la Presidencia, su candidatura fue la más votada en 15 de los 24 departamentos del país y Unión por el Perú (UPP) se convirtió en la principal fuerza del Congreso.
Básicamente, Humala perdió los comicios de 2006 por tener un mensaje antisistema y por sus probadas relaciones con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez con quién se reunió en Caracas. Ni que decir que fue invitado por el propio Evo Morales a Bolivia. Con esos presidentes cuyo radicalismo extremo han hundido a sus respectivos países, el electorado peruano le dijo ¡No! a sus pretensiones con lo que finalmente García Pérez accedió al poder.
Hoy, Humala Tasso luce más moderado. Ha tenido importantes aliados como el Premio Nóbel, Mario Vargas Llosa y el ex presidente Alejandro Toledo quienes apoyaron abiertamente su candidatura temerosos que la hija del ex presidente Alberto Fujimori, acusado por delitos de lesa humanidad y corrupción, pueda acceder al poder.
Sin embargo el triunfo de Humala es claro. El pueblo de provincia (el fortín de Ollanta) es el que le da el triunfo porque simplemente no le llega la bonanza económica que tanto pregona Alan García y sus ministros. El sur y el centro del país, entre los que se encuentra Huancavelica, considerada la provincia más pobre del país reclaman un cambio de gobierno.
Sin embargo, Humala no las tiene todas consigo. Ahora deberá demostrar que es un presidente para todos los peruanos y deberá demostrar, especialmente a los que no votaron por él, hechos y no palabras. Por lo pronto es indispensable conocer quién será el Premier y el ministro de Economía para dar señales fijas hacia donde apunta su gobierno.
Indudablemente los siguientes días podría haber un temor en Lima y el norte del país, (bastión de Keiko Fujimori), pero este grupo debe entender que en una elección se gana o se pierde y si el elegido no fue de nuestra simpatía debemos esperar los pasos que seguirá el nuevo gobernante y darle, siquiera, el beneficio de la duda.
Ollanta Humala debe entender que esta victoria otorgada no es gratuita. Si bien su fortín en el sur se ha fortalecido. Tuvo un importante ascenso en Lima porque finalmente los limeños se volcaron en esta segunda vuelta a confiar en él, a creer que se ha apartado del modelo absolutamente anticuado y catastrófico de Chávez y sobretodo que era la alternativa viable ante el temor de que Keiko Fujimori acceda a la presidencia.
Finalmente unas palabras para estas elecciones. Lo primordial es que debemos aceptar que, más allá de simpatías políticas, se le ha ganado al interés económico. Nuevamente los grupos mediáticos salen derrotados. Con todo lo visto en esta campaña, de una vez debemos comprender que el elector no es tonto y sabe que canal ver, que diario leer o que denuncia es real o falsa. Si la dictadura de Fujimori hoy hubiera estado en el poder seguramente la candidata de su simpatía hubiera ganado. Felizmente no ha ocurrido eso y debemos de felicitarnos porque, a pesar de sus imperfecciones, nuestros entes electorales por lo menos demuestran eficiencia.
Ollanta Humala ha jurado ante la Biblia que no intentará perpetuarse en el poder. Ha mostrado un proyecto económico con inclusión social que reemplaza a su nefasto primer programa económico. Esperemos que sepa cumplir su promesa de respetar, las instituciones democráticas, respetar la propiedad privada, seguir alentando la inversión extranjera y combatir la corrupción.
Solamente en las manos de Ollanta está demostrar que los peruanos no se equivocaron con él. Todos confiamos que de un giro y no sea un radical militar de los setenta cuyo mentor sea Fidel o Chávez sino sea un militar progresista que priorice en los más necesitados pero que mantenga la estabilidad y las inversiones.
Sólo en Humala estará esa decisión. Esperemos que sepa estar a la altura del cargo encomendado. (Foto: Andina).
lunes, 6 de junio de 2011
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