martes, 28 de agosto de 2007

PACTO SOCIAL: OTRO JUEGO DE "LOS DEMOCRATAS"

El llamado Pacto Social, es la versión moderna del llamado "Pacto de Gobernabilidad", antes “Pacto de Mediano Plazo por la Inversión y el Empleo digno” pasando también por el llamado “Acuerdo Nacional” y demás palabras pomposas que en realidad son “un té de tíos” que hablan, hablan y hablan, pero que a la larga seguimos padeciendo los mismos problemas de siempre, mientras ellos siguen con sus jugosos sueldos y con una intolerancia tan arrogante como las máscaras que se colocan para asolapar descaradamente el problema social que nos envuelve y que a la larga son insalvables pues es producto de ineficientes políticos, lobbystas asolapados y personajes con piel de “demócratas” que solo tienen algo en común: Salvar y mantener sus propios intereses.

El presidente Alan García ha aclarado que el Pacto Social "no es una oficina ni un ministerio", sino una instancia donde los sectores empresariales y sindicales se pondrán de acuerdo sobre las metas de crecimiento del país y también sobre el eventual aumento del sueldo mínimo.

El Premier Jorge del Castillo insta a la CGTP a que reflexione sobre "los beneficios" del llamado Pacto Social.
Tenemos miles de discrepancias con ese radicalismo chavista que envuelve actualmente al mal llamado nacionalismo acompañado, además, por aquellos "dinosaurios” comunistas enquistados dentro de sus propios gremios pues sus ideas ortodoxas nunca han sido solución a nada.

Sin embargo el tratar de comprometer a la CGTP en esta "telaraña democrática" no es más que un juego político de don Alan y sus partidarios que intentan limpiarse la cara de un problema que se les puede ir de las manos.

García pretende lanzar ideas generosas que el tiempo se encarga de enterrar. Intenta sorprender y ganarse alguito con el sector social que no le es afín.

El 28 de julio, el presidente García lanzó el Pacto Social por “todo lo alto” como le gusta al mandatario, tan igual como cuando dijo pomposamente que los transportistas merecen muchos años de cárcel. Claro tiene razón, pero la forma como usa este problema es lo que indigna y que hace que esta oposición enclenque que tiene al frente haga lo más razonable. No prestarse a una tribuna cuyos reflectores solo servirán para mostrar la imagen de un gobierno que “hace lo imposible por apoyar a los pobres”. Pura demagogia y nada más.

César Hildebrandt dice en su columna en el diario La Primera: “El Pacto Social sería posible si el gobierno lo inspirase. Pero este gobierno no inspira ningún pacto social porque es un gobierno escorado a la derecha, un gobierno de clase y no de consenso, un gobierno que da beneficios enormes a los de siempre y migajas filantrópicas a los de siempre también.

¿Si Lourdes Flores –la candidata de los ricos al decir de García en la campaña electoral– convocase desde el poder a un pacto social, qué haría el Apra?

Pues lo denunciaría como farsa, que eso es lo que sería. Y pediría la renuncia de “todos esos ministros de la derecha que han capturado al gobierno”.

Efectivamente ese es el punto central, García se muestra “lo más sensible posible” y pide una reunión entre “perro, pericote y gato”, aquellos que muestran su mejor cara, lanzarán pomposas arengas, tomarán un buen vaso de wisky o "un pisco sour", como le gusta a nuestro mandatario y todo “por los pobres del Perú”. Pura pantomima y nada más. Si García quiere cambiar realmente el país, que se desligue de Mantilla, que arregle el problema de los patrulleros, que coloque más gente aprista joven y capaz y no los rostros de siempre que lo acompañaron en el nefasto pasado, como en este dubitativo presente.

Por eso, hasta ahora, la CGTP rechaza la invitación pues saben que se prestarían a una farsa. Y eso molesta a los amigos de Alan, pues sin los sindicalistas no hay show. Así como en el pasado lo hicieron con otros. Ahora este gobierno pretende reunirnos bajo su anuencia, en un acto que en nada cambiará al país. Una reunión nada más para las pantallas de televisión y los flashes fotográficos.

Hacen bien los sindicalistas en decirle ¡No!. ¿Ustedes creen que realmente habrá un salario mínimo acorde a nuestras necesidades? Basta ya de fantasías.

Felizmente el mismo presidente García mostró sus verdaderas intenciones. Cuando inicialmente se planteó el aumento del sueldo mínimo oficial como tema del llamado Pacto, Alan García afirmó que deberá tratar sobre las metas de crecimiento fijadas para el fin de su gobierno, en el 2011, productividad y redistribución económica. (¿?). Pura pantomima y nada más. “Los demócratas” verdaderamente dan risa.

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