lunes, 15 de diciembre de 2008

GARCÍA Y SU BAÑO POPULAR

Lima, 15 Diciembre 2008.- Se viene la Teletón. Un evento benéfico diferente porque se realizará en Palacio de Gobierno con la venia de nuestro mandatario. Allí nuevamente tendremos a cantantes, vedettes, animadores, cómicos y demás, “tratando de poner el hombro en esta causa noble”.

Este último fin de semana me encontré con un amigo sacerdote y casi, implorando, me pedía lo ayudara para aportar con un kilo de azúcar o un kilo de arroz para que su congregación vaya anónimamente a cada persona humilde del barrio de La Victoria a entregar víveres por navidad. Allí donde niñas se prostituyen por un plato de comida o los niños se vuelven “pirañitas” (ladronzuelos) porque el hambre aprieta y no hay que comer. Esa niñez no conoce de navidades ni teletones. Esa gente sólo pide comida para saciar su día entregado al dolor y al vicio.

Pero, la molestia del sacerdote es que había notificado a sus feligreses para que contribuyan con, siquiera una bolsa de arroz, pero a la fecha (han pasado dos semanas) sólo había obtenido un “kilo de azúcar y dos bolsitas de té”, y hablamos de una congregación de casi doscientos parroquianos. Incluso uno de ellos, le comentó: “Lástima padre yo quiero aportar, pero el sueldo no alcanza y todo está por las nubes, encima tengo que ver a mi hermano quien a sus 75 años, con 20 años de trabajo en el Hogar Clínica San Juan de Dios, lo han botado de su trabajo, sin ningún tipo de beneficios sociales”.

Efectivamente, mientras García lee la biblia y convoca a una teletón en Palacio, varios trabajadores de esa otrora institución benéfica que tuvo más de diez teletones en su haber dice haberse quedado sin un centavo para atender a muchos niños, que en verdad, necesitan mucho de esa noble institución que tuvo al Padre Fermín y al Padre Lázaro como sus más grandes exponentes que levantaron, gracias al constante trabajo y al amor a los más necesitados dicho centro que con los años se ganó el respeto de todos los peruanos que desde aquellos lejanos años 80 “rompía su chanchito” y de sol en sol aportaba para que los niños puedan atenderse bajo la tutela de aquellos nobles sacerdotes extranjeros que llegaron al Perú e hicieron una verdadera obra social.

Pero ahora esa institución, ahora administrado por otras manos, clama ayuda y dice que necesita dinero, pide caridad y comprensión a los peruanos; pero no dice que dejo en la calle a seres humanos que dieron su vida en dicha institución. Practicó lo que se hace comúnmente en el Perú, se despide a los viejos porque no son solución y se contrata nuevo personal, joven e inexperto, para cubrir esa plaza. Pero ¡oh sorpresa! Ahora nos damos con la noticia que en su planilla existen personas, muy bien remuneradas, con altos sueldos y que son amigos de los administradores de esta institución que tanto pide ahora “dinero para los necesitados”.

No queremos ser aguafiestas, pero el informe propalado por César Hildebrandt despinta a este gran hospital que, seguramente, en otras manos, hoy no sería tan cuestionada. Hay que ser mezquino realmente para pedir algo a alguien cuando se bota alegremente a personas que no serán minusválidas, pero son gente mayor que dio mucho por esa institución y hoy se les bota así porque sí. Qué, ¿No hay amor a nuestros prójimos?

Peor, aún que Alan García salga diciendo que esa gente es una aprovechada que recién habla y denuncia cuando la teletón está en marcha.

Olvida García, que las campañas de caridad son más sentidas cuando se hacen con el corazón y sin ningún tipo de aspavientos. Claro todos gozaremos con El General, bailaremos con el grupo Cinco, veremos a Gisela bailar con Alan, pero ¿eso se llama solidaridad o espectacularidad? No necesita más que nunca García subir en las encuestas. No habló de un posible indulto a Magaly Medina sólo porque un grupo de “espontáneas” se lo pedían. Sus ayayeros encuestadores no le muestran una encuesta presumiblemente inflada donde dice que subió más de diez puntos cuando las otras sí coinciden en que esa subida no es más que tres puntitos.

Parece que a nuestro mandatario no le han contado que ya no se hacen teletones porque la última vez no llegaron a la cifra estipulada. Todo porque la gente ya no creía en sus organizadores. Esos que comenzaron muy bien, pero que luego se entregaron a la política y fueron tanto o peor que aquellos que fungen de “piadosos”, pero que sólo quieren réditos personales.

Claro, García tiene a quien recurrir, le pedirá a sus empresarios amigos, muchos de ellos, aportarán miles de soles, se tomarán su foto que saldrá en las páginas de sociales de todos los diarios, pero que luego en sus empresas seguirán con la misma política empresarial de siempre. Convocar a los más jóvenes, explotarlos con un mísero sueldo y a los viejos botarlos haciéndoles firmar un documento de despido que no es otra cosa que renunciar a sus beneficios sociales. De ellos, hay muchos en el Perú porque en nuestro país llegar a los cincuenta años es llegar a la jubilación tempranera y sino has trabajado para el estado pues simplemente te fregaste.

Seguramente veremos este domingo todo un evento espectacular y banal. Veremos perreo, cumbia y folklore por doquier. García saldrá leyendo la biblia, mientras a la medianoche “todo el Perú” festejará el monto calculado hasta esa hora. Verdaderamente todo esto nos hace reflexionar y pensar en que grande son aquellas personas que hacen esto anónimamente sin cámaras ni flashes, dando verdaderamente todo a cambio de nada. Felizmente hay muchos en el Perú que todavía lo realizan y eso ante los ojos de Dios es más meritorio que un par de politiqueros para quien las campañas de “solidaridad” son una pieza más en este juego político tan enquistado y tan nefasto cada día.

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