jueves, 25 de junio de 2009

KINA SE GANÓ EL CARIÑO DEL PERÚ

Lima, 25 Junio 2009.- El día lunes, por cosas de la vida, pase por una calle populosa del distrito de La Victoria y allí en medio de tanto ambulante, de mendigos durmiendo en las aceras y de cúmulos de basura rodeando algunas zonas de Manco Cápac, advertí en un viejo callejón hecho de quincha y piedra, en medio de ese portón carcomido por los años, allí alguien, un anónimo hincha, vecino del lugar, había pegado junto a la imagen del Señor de los Milagros, la foto de Kina Malpartida. Y es que pasan los días y aún se sigue hablando de la sensacional pelea de nuestra campeona mundial que prácticamente unió y paralizó a todo el Perú.

Efectivamente, hace mucho tiempo que los peruanos no sentimos esa emoción, acaso comparada cuando fuimos al mundial de México 70 o Argentina 78 o cuando nuestras chicas lograron la medalla de plata en Seúl y hasta recordamos aquel marzo del 77 cuando, en un solo mes, nuestro deporte logro tres proezas: lograr por sexta vez el titulo sudamericano de voley, ganar el campeonato sudamericano de básquet en aquella histórica jornada en el Amauta de la que muchos ya parecen haber olvidado y finalmente vencer a Chile y lograr medio pasaje al mundial de Argentina 78. Por cierto, la única alegría que recordamos en los últimos años fue el título obtenido por Cienciano, pero de eso también ya ha pasado un buen tiempo.

Sin embargo el último sábado los peruanos gozamos a rabiar y volvimos a a unirnos alrededor de Kina Malpartida.

Porque lo hecho por Kina ha sido, digamos, hasta milagroso, por el hecho de haber unido a un pueblo peruano con problemas de todo tipo, pero que en eventos como este se une y aplaude a una deportista que ha venido de atrás y que muy merecidamente ostenta el primer título mundial para este deporte que nunca pudo llegar tan lejos hasta hoy, que nuestra Kina lo ha logrado.

El sábado pasado fue un día memorable. En todo sitio no se hablaba de otra cosa que de la pelea en el Coliseo Dibós.

Hace un tiempo atrás ya advertíamos que nuestro pueblo no iba olvidar esta pelea porque era el gran testimonio que se le debería brindar a Kina por esta proeza de traer un lauro a nuestra patria tan venida a menos por tanto problema social que nos embarga y porque deportistas de otras disciplinas (llámese el fútbol, por ejemplo) poco o nada han hecho para darnos alegrías como esta.

Porque, muy al margen de que nuestra boxeadora siga cosechando triunfos y conserve su corona por mucho tiempo, de por sí, Kina le dio a todo el Perú una lección de entrega y coraje. De amor a su tierra y a los suyos.

Por ejemplo, muchos pensaron que el día de la Conferencia de Prensa, las palabras de Kina reflejaban una bravata más, un libreto que formaba parte del show. Pero se equivocaron de plano, porque ella defendía su honor y el amor a los suyos. "En el ring hablamos" era parte de sus declaraciones hacia Halana dos Santos, su rival brasileña que se burló del apellido de su padre a quien ella venera y respeta.

Con ello, Kina se metió al bolsillo de todos los peruanos. Pocas veces hemos observado una mujer aguerrida y entregada a sus propias convicciones. Esa fuerza y temple que tanto se ha pedido que muestren nuestras deportistas. Eso lo tiene Kina. Quien sabe que mañana o pasado le quiten el título, pero su entrega y su garra la convierten, desde ya, en un auténtico ídolo nacional.

Este columnista se contagió de la emoción de los hinchas a la salida del Dibós y pudo comprobar que la alegría del público por la pelea fue indescriptible. Kina tuvo su hinchada, no sólo en el coliseo Dibós, sino en el centro de Lima y San Juan de Miraflores donde los alcaldes de dichos lugares mandaron colocar pantallas gigantes para que el pueblo siga en las calles la pelea, pero no sólo fue allí, sino en bares y discotecas las personas seguían la pelea desde los televisores acomodados en lugar estratégico donde todos puedan seguir las incidencias del combate y finalmente también en las casas de cada uno de los peruanos que siguieron de cerca la pelea olvidando por momentos tanta corruptela, movilizaciones sociales y hasta tener que soportar la pedantería de nuestros fracasados futbolistas, es decir todo quedó de la lado al ver la entrega de nuestra campeona mundial.

Que orgullosos estarían Antonio Frontado, Mauro Mina, Boris Sojit, Max Aguirre, Pocho Rospigliosi, y tantos hombres de box que ya no están con nosotros y que no tuvieron la suerte de ver a una campeona mundial peruana estrenando su título en la tierra que la vio nacer.

Ojala que salgan muchas Kinas para que nuestro deporte siga adelante. Es importante, por lo dejado por Kina, que nuestros hinchas también se acerquen, un poco, a otras disciplinas deportivas que nos pueden dar mejores satisfacciones que nuestro alicaído futbol.

Felizmente nuestro pueblo ya lo percibe así. Es por ello que en centros vecinales, barriadas, casas humildes y bares mundanos, hoy existen pegadas en la pared la foto de nuestra campeona mundial. Acaso simbolizada como orgullo peruano y eso Kina ya lo ha conseguido. Sin duda un auténtico orgullo nacional. (Foto: Agencia Andina).

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