sábado, 14 de febrero de 2009

AL COLEGIO, OTRA VEZ

Lima, 12 Febrero 2009.- El otro día, un amigo, padre de familia de cuatro menores hijos, nos decía que en mala hora, empiezan las clases escolares en el mes de marzo, toda vez que cada inicio del año escolar, estén los niños en colegio estatal o particular, igual acarrea muchos gastos. “Por lo menos, antes cuando empezaban en abril teníamos tres meses para reponernos de los gastos de fin de año, pero ahora apenas a dos meses de iniciado el año ya tenemos encima los gastos escolares”, nos comentaba amargamente este amigo.

Pero cuando le hicimos hincapié que era mejor que los niños vayan más pronto al colegio porque así tendrán más tiempo de aprender. Esta persona nos sorprendió diciendo “¿Para qué? Si los maestros cada día están peor, las Apafas en su mayoría son una tira de sinvergüenzas que piensan que el cargo es como estar en el poder político o en un alto puesto ya que lo toman como un punto fijo para coimear y hacer de las suyas a costa del bolsillo de las mayorías”

El hecho es que estos días son los peores para los padres de familia. El sueldo no alcanza ahora que todo ha subido y nadie dice nada. Porque todos se dan cuenta que los precios están por las nubes aunque Alan García quiera hacernos creer que “estamos en el mejor de los mundos”. El billete es insuficiente, los sueldos están bajos y encima los gastos escolares son exorbitantes.

Cada año los padres de familia necesitan más dinero con que solventar la educación de los hijos, matricula, seguro escolar, Apafa, uniforme y finalmente los útiles escolares, aquellos en donde la lista bordea las tres páginas y donde piden cosas que al final los alumnos ni usan; muy aparte de los dichosos libros escolares, aquellos donde la coima está a la orden del día en los colegios en donde la mayoría de profesores ganan su “coimisión” por ofrecer libros que ni siquiera terminan de estudiarlo, pero eso poco importa si para los lucrativos educadores este es el mejor mes, el de su negocio redondo.

Nuestro sistema educativo se ha convertido en un buen negocio para empresarios y educadores. Hoy en día ya no hay mucha diferencia entre un colegio estatal y uno particular. Solo los separa el hecho en que si el padre puede económicamente colocarlo en un colegio particular lo hace y eso le trae un buen gasto porque estos son mayores.

Y si no tienes esas posibilidades, el colegio del estado encuentra “la manera de sacarte el billete”; por ello casi no hay distingos. Las famosas “listas direccionadas” son más notorias en los colegios del estado, a pesar que ello está prohibido ya que ningún colegio puede exigir comprar los útiles de marcas que ellos escojan o en tiendas ya señaladas”. Pero en muchas escuelas esto no es cumplido, a pesar de las inspecciones de los organismos pertinentes.

Y aunque el ministerio de educación haga el esfuerzo por controlar esto. Lo cierto, es que cada año esto es un "vía crucis" para los padres de familia. Sobretodo, ahora que la crisis golpea los bolsillos de todos los peruanos. Claro que mientras los padres se "jalan los cabellos" por lo que se les viene. Es cierto también que todo negocio educativo se ha convertido en muy rentable para nuestros empresarios. Por ello, tenemos a ex congresistas, acaudalados empresarios y todo "hombre de billete" como dueños de colegio, academias o universidad. Todo porque no existe un control adecuado, ya que es sabido que los padres empeñan hasta "el alma" con tal que el hijo o hija estudie algo, que tal vez, en el futuro ni lo saben aprovechar porque entre, otras cosas, el campo laboral es muy limitado. Pero es no es importante para los negociantes de la educación que lucran y "regalan" títulos como les da la gana.

Allí tiene una universidad cuyo socio estratégico sigue aferrado a un canal de televisión pisoteando y denigrando a los pobres trabajadores. Aquellos que están hartos de sus abusos. Pero como el tipo tiene "poder" no le pasa nada. Felizmente parece que sus días están contados.

Pero volviendo a los colegios, urge que el gobierno entienda que el problema es de todos y no de su partido. Si el ministro muestra poca muñeca en el asunto, pues urge concertar con todos los interesados en el tema y lograr consensos. Lamentablemente todos estos problemas están entrelazados. Mientras no se muestra empeño en querer cambiar este sistema, las cosas seguirán igual.

Se inicia otro año escolar. Esperamos que el gobierno, quien debe tomar el liderazgo en este problema, demuestre eficiencia. Nuestros hijos merecen una mejor educación. Por nuestros niños debemos poner empeño y exigir que las autoridades competentes demuestren empeño por mejorar este caduco y nefasto sistema. Si logramos esto podremos empezar por enseñarles una mejor educación para que en el futuro sean mejores profesionales y buenos ciudadanos. Esperemos que las autoridades educativas piensen en servir y no servirse como muchos que pululan por ahí, que se la dan de especialistas y conocedores, pero que lo único que hacen es criticar y no aportar. Por nuestros hijos, la educación debe cambiar.

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