jueves, 21 de octubre de 2010

UNA VERDAD INCÓMODA


Lima, 21 Octubre 2010, (El Informante Perú).- Lo que debió ser un incidente bochornoso que termine con las disculpas del caso terminó siendo una historia llena de mentiras y de medias verdades unido a declaraciones bastante desafortunadas. Y es que el caso del presidente Alan García y la agresión a un adolescente, ex voluntario de Essalud, Richard Gálvez, porque éste, lo llamó "corrupto", terminó en un verdadero escándalo. El presidente primero fue tajante: “no pasó nada”, después comentó “quizás sucedió algo” para finalmente retar a la prensa a demostrar que hubo cachetada presidencial y cuando esto, según los testimonios, quedó demostrado, el presidente terminó por culpar a la prensa por incitar al maltrato a los políticos (¿?).

La verdad, las dos cosas son censurables. Uno el proferir un insulto a un mandatario en un lugar cerrado, aunque mayor fueron los exabruptos de García. Pero, de ello, ya los peruanos sabemos cómo es nuestro presidente cuando intenta atropellar a los que discrepamos o recordamos sus irregularidades en el gobierno.

Pero eso de culpar a la prensa por incitar al maltrato a los políticos es risible. Que quería Alan, que no saliera a la luz casos como el de los petroaudios. Seguramente García, hoy en día, estaría más que contento si la prensa oculta los detalles de cómo Ismael Medardo Matta Uribe, el ex agente de la Marina que delató a los miembros de la empresa Business Track, fachada de una red de interceptación telefónica, trabaja actualmente en el consulado del Perú en Paterson, Estados Unidos.

¿Porqué una persona como Ismael Matta quién dio importante información sobre corrupción gubernamental, que fue detenido por la Dirandro, le quitaron todo el material, lo convirtieron en colaborador eficaz y lo sacaron del país, ahora trabaja en un dependencia del Estado?

Claro eso no quisiera nuestro primer mandatario que la prensa investigue. Cómo tampoco aquellas personas que los secundan en sus prepotencias como el hombre que personifica al poder de las leyes, el presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein, quién justificó e instigó a viva voz a tomar la justicia con sus propias manos en nombre de la hombría. (¿?)

Y así, hay varios nombres en esta lista que secundan a nuestro mandatario señalando términos como "la majestad presidencial" y cuantas disculpas y justificaciones se le da a un acto deplorable como es el de meterse con una persona que jamás podrá defenderse más que con sus labios.

El presidente debe entender que no todo es aplauso. El hecho que su gestión sea buena (más no brillante) no quiere decir que dejemos pasar por alto varias denuncias de corrupción que salpican a su gobierno.

Lo cierto, es que a lo largo de la semana aparecieron videos, audios y fotos que han ayudado a reconstruir la historia que el presidente Alan García pretendió minimizar llevándola a la categoría de chisme. Con ello, la verdad se abrió paso. Richard Gálvez apareció a la luz pública y narró lo sucedido. Dijo que le gritó al mandatario ¡Corrupto! y que el presidente García lo cacheteo. Luego, Óscar Rachumí Luna, su jefe de seguridad, regresó al lugar para golpearlo y patearlo.

Al día siguiente de lo sucedido, en la inauguración del Museo Metropolitano al terminar el evento, cuando se le acercaron a saludarlo, el presidente del director de Frecuencia Latina, Baruch Ivcher y el director de Noticias de Radio Programas del Perú. Raúl Vargas, García les comentó que nada de eso sucedió y que todo era mentira, pero los testigos corroboraron la versión del muchacho. Lo sorprendente estaba aún por ocurrir, el director del hospital Rebagliati, Walter Higueras, presentó el testimonio de Óscar Rachumí y lo anunció como un supuesto supervisor de limpieza de la empresa SILSA, pero la prensa investigó los hechos y averiguó que Rachumí es realmente jefe de seguridad de Alan García y no solamente eso sino que ha ganado licitaciones de menor cuantía.

Toda una historia que deja mal parado a García. Recordemos que la conducta del mandatario se encuentra tipificada como delito en el artículo 417 del Código Penal, el cual señala que nadie puede hacer justicia por cuenta propia.

Aunque García y sus amigos, ciertos broadcaster, que lo ayudan para que no se eche más leña al fuego, no desean que esto trascienda. Lo cierto es que es una gran mancha para un mandatario que en lugar de preocuparse de que le digan, tal por cual, debería por deslindar y esclarecer el caso Business Track, que no termina de sorprender, gracias a la denuncia de un grupo de peruanos que reside en New Jersey y que grabaron en video y, a través de un portal web, difundieron imágenes en las que puede verse al ex agente de Business Track, Ismael Medardo Matta Uribe, trabajando en el Consulado de Paterson, la ciudad con mayor concentración de peruanos en el país del norte. Algo en la que el gobierno está en la obligación de responder.

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